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La prensa china enfoca su ruta hacia nuestros países

Los medios de comunicación de China han comenzado a diseñar estrategias para estrechar relaciones en América Latina y el Caribe. Es como una Ruta de la Seda con nuestros países en el ámbito informativo, que trasciende lo meramente diplomático y comercial.

El milenario aislamiento del Gigante Asiático, la barrera de su idioma y la distancia abismal arrastraron con ellos a los periódicos, la radio, la televisión, la Internet y las redes sociales, muy a pesar de los avances tecnológicos experimentados en las últimas décadas.

Comprendiendo que esta situación es insostenible en la realidad que vive el mundo actual, el Ministerio de Comercio de China, conjuntamente con sus embajadas en República Dominicana y Panamá, realizaron un seminario durante 20 días en Beijing y la ciudad de Hangzhou, provincia de Zhejiang.

Nuestro país fue representado por una delegación de 24 periodistas de diferentes medios de comunicación. En la conclusión final del seminario tuve la oportunidad de integrar un grupo que puso el dedo sobre la llaga al tratar el tema: “China en nuestra impresión”, que mereció el reconocimiento de los organizadores del evento, por su profesionalidad.

Participé en este trabajo junto a Onelio Domínguez, ambos por Listín Diario, y Amelia Deschamps, Kelvin de la Cruz, Ironely García y Anyelis Isa, de Telesistema, Canal 11.

Hicimos un recorrido por las experiencias obtenidas en la rica cultura de la nación asiática, sus impresionantes monumentos como la Gran Muralla, la Ciudad Imperial, conocida también como Ciudad Prohibida; el mausoleo de Mao Zedong, la legendaria plaza de Tiananmén, sus museos, el hermoso lago de Hangzhou, la famosa gastronomía, el desafío turístico y su hermética seguridad ciudadana.

Entonces y solo entonces, nos adentramos a profundizar en la limitación de la información y el escepticismo que genera. Expusimos que es mucho lo que no se dice, pero que si bien es cierto que sabemos que el modelo político de este país es distinto, entendemos que debe defenderse aquello en lo que se cree y utilizar los argumentos que se crean pertinentes para convencer a los demás sobre nuestro punto de vista.

También, que a veces las respuestas limitadas no satisfacen las expectativas de quienes realmente quieren saber cómo se piensa o cómo se actúa y por qué.

Respecto a la convergencia de los medios de comunicación, que internamente emprendieron con éxito, y la relación de China con el exterior, advertimos lo siguiente: Como periodistas, es preciso que planteemos este tema. La apertura del nuevo modelo de desarrollo económico que impulsa China, en su relación con los demás países del mundo, incluyendo a los de América Latina y el Caribe, tiene por delante también el desafío de garantizar una cobertura recíproca de información y relaciones entre sus medios de comunicación.

De acuerdo a la experiencia que hemos tenido en Beijing y Hangzhou, el “socialismo con características chinas” nos muestra que la maquinaria que genera las riquezas y garantiza el bienestar de la población, camina junto a una estructura de medios de comunicación como la prensa escrita, y que en el caso de la radio y la televisión se ha convertido en la red más grande del mundo. Pero que el surgimiento de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación vinculadas al Internet, los medios digitales y las redes sociales (con millones de jóvenes usuarios) ha obligado a buscar puntos de convergencia para garantizar la sobrevivencia de los medios convencionales. Esta compleja realidad, con el surgimiento de los nuevos medios, plantea un reto en ese proceso no solo para mantener el control de la calidad de los contenidos.

En lo que tiene que ver con las relaciones de los medios de comunicación con nuestros países, el estricto control de la información que establece China podría dificultar un fluido intercambio, debido a que el modelo de comunicación en nuestras naciones es más abierto y no tiene las mismas reglamentaciones.

Y en tercer lugar, la interconexión del resto del mundo a través de plataformas informativas de uso común nos dan la idea de que China, pese al gran desarrollo de sus propias redes, podría estar viviendo en medio de una especie de aislamiento con las demás naciones con las que pretende establecer relaciones.

Uno se pregunta, como reflexión concluyente al llegar a esta etapa: ¿hasta dónde ese modelo podría permanecer invariable en el futuro inmediato, e incluso, hasta dónde esto seguiría siendo un inconveniente para optimizar la comunicación con nuestros países?

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