Un regalo

Los padres han de ver en los hijos no solamente el producto de su amor, sino un regalo; los hijos son un regalo ante todo a la humanidad, es un regalo a la vida. Por eso decían los españoles sabiamente en sus sabidurías, en sus refranes: “Cuando nace un niño, renace la vida, es un regalo”. También se puede pensar que en la fe de los niños los hijos son un regalo de Dios, un regalo de la vida, un regalo de Dios, y hay que apreciarlos así, no hacer que los hijos puedan o no pensar que son como una propiedad que se pueda hacer; los hijos son como un regalo, y tú debes, como padre de familia, generosamente entregar ese regalo: educarlos como un regalo, trabajar con ellos como un regalo, amarlos como un regalo que da la historia y que te da Dios también.

Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.