¿Revolución?

Sorprende que un hombre tan inteligente como el exprecandidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Leonel Fernández, pierda la brújula al sugerir la posibilidad de un estallido revolucionario en su reclamo de revisión al proceso de primarias.

Ponerse a estas alturas a hablar de “revolución” frente a un conglomerado enardecido, fue un desafortunado exceso de parte de una figura a quien se le caracteriza por tener un discurso conservador, sensato, civilista y sosegado. Al margen de si lo denunciado es real o si resulta una teoría de conspiración propias de una novela de Tom Clancy, el tres veces mandatario tiene todo el derecho a que sean debidamente investigados sus alegatos de fraude sobre el proceso intramuros que según la Junta Central Electoral (JCE), perdió del ya candidato oficialista Gonzalo Castillo. Solamente que los mismos deben hacerse por las vías institucionales correspondientes y nunca apelando a la desestabilización.

Por su condición de estadista y abogado, Leonel Fernández conoce bien los efectos nefastos que producen en el país este tipo de altisonancias, por demás contraproducentes, ya que, al ser inusuales en él, podrían verse como un mensaje de desesperación ante la derrota y la pérdida del invicto.

Es obvio que el discurso de Fernández, presidente del PLD, pero quien prefirió la confrontación por encima de la negociación, establece una especie de punto de no retorno en el que, fracturada la confianza, luce dispuesto a quemar las naves... solo que una cosa es quemar las naves y otra, muy diferente, sería al país. Se pasó.