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EN LA DIANA

Estabilización de la deuda pública

Primer Tiro Cada día que pasa se hace más urgente que el Gobierno emita una señal clara y creíble de que durante lo que resta de este período de gubernamental hará todo lo que sea necesario para cumplir con su meta de déficit fiscal y estabilizar el peso de la deuda pública. Los mercados harán sus ajustes de primas de riesgos en función de esta señal, para lo cual es necesario que se presente un plan orientado a mantener el gasto público primario (el que no toma en cuenta el pago de intereses) dentro de lo presupuestado, aplicando las herramientas disponibles para asegurar que el mismo no se verá afectado por la coyuntura electoral. Y también tiene que tomar en cuenta también la caída en los ingresos tributarios, y será muy difícil, tal vez casi imposible, evitar que el déficit fiscal del presente año aumente por lo menos en el monto en que disminuirían los ingresos, pues también sería casi imposible ejecutar un monto de gasto menor a presupuestado.

Segundo Tiro Hay que esperar a ver la reacción del mercado internacional del petróleo a los acontecimientos de la pasada semana. El componente permanente del aumento de precio dependerá de la recuperación de la capacidad de producción, pero por lo menos se puede plantear que se estaría ante un choque externo negativo de carácter transitorio. Pero ha quedado claro el mensaje de que el impacto cambiario de este evento, así como el de la disminución de los ingresos por turismo provocado por la campaña negativa, serían mitigados con intervenciones cambiarias que no afectarían significativamente el nivel de reservas internacionales. El monto de la primera intervención apenas representa el 1.3% del nivel de reservas existente al momento de la ejecución de la misma. Si la devaluación es igual a la inflación, y si la diferencia entre la tasa de cambio de operaciones marginales y la tasa utilizada para las demás operaciones es de solo 2.3%, entonces no se debería esperar un ajuste en las expectativas de devaluación.

Tercer Tiro Asumiendo que el diferencial de tasa de interés permanecerá constante durante lo que resta de año, que las intervenciones cambiarias eliminarían la brecha entre las operaciones normales y las marginales, y que el gasto se mantendrá dentro de lo presupuestado, la formulación de un presupuesto para el 2020 con características de instrumento de transición hacia la estabilización de la deuda debería ser parte fundamental de la señal de reducción de riesgo fiscal que estarían esperando los mercados. La reducción del subsidio eléctrico, la disminución del pago de los intereses de la deuda mediante la aplicación de recursos provenientes de la venta de activos, y la racionalización del gasto público primario, son medidas que podrían incorporar al próximo presupuesto por lo menos un 3% del PIB. Si a lo anterior se agrega la aprobación de un proyecto de capitalización del Banco Central, con emisión de bonos por la totalidad de las cuentas por recibir de parte del Gobierno que tiene dicha institución, ajustando la tasa de interés de los mismos al Plan de Eliminación del déficit cuasi fiscal, entonces la estabilización permanente de la deuda pública total sería producto de las reformas a iniciar en el próximo período de Gobierno.

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