Opinión

CONSULTORIO DE COMUNICACIÓN POLITICA

La nueva política

Freddy Ortiz PujolsSanto Domingo

Una de las grandes preocupaciones que los políticos en la actualidad se plantean es “¿Cómo le llego a los más jóvenes?", pregunta que mantiene a su equipo de campaña buscando permanentemente estrategias para conquistar a ese influyente segmento poblacional.

Esa realidad es tan patente que según estudios, los menores de 30 años son los que están decidiendo en todos los países quienes serán sus presidentes. En el caso de nuestro país, para las elecciones del 2020, alrededor del 40% de la población votante es joven.

Para ello, es importante entender el comportamiento y características de las generaciones, los famosos ‘millennials’ (nacidos entre 1980 y 1993), y “Z” (nacidos entre 1994 y 2010), sobre quienes abundaremos más en los próximos escritos.

Usted se preguntará “¿Por qué la generación Z con votantes nacidos a partir del año 2001 (18 años)?”, porque la ecuación ha cambiado, antes los hijos votaban por quienes sus padres dijeran, hoy muchos padres votan por el que le gusta a sus hijos.

Esto ha sido posible gracias a la irrupción de la tecnología y las redes sociales que se han convertido en una poderosísima herramienta que permite a los usuarios tener acceso a un sinfín de informaciones que antes era un privilegio para las élites políticas, sociales y económicas.

Ante tanta sobreinformación (lo que ahora se conoce como “infoxicación”) y los altos niveles de desafección política, el verdadero reto de los políticos al competir con el bombardeo de informaciones que se producen cada segundo en las redes sociales y al mismo tiempo con demasiados emisores que reclaman su atención al unísono, es lograr conectar con su electorado y que capten su mensaje.

El desafío que supone enfrentarse a tantas ofertas de medios y mensajes es escalofriante. Como señala uno de los más importantes periodistas, el español Ignacio Ramonet, director de “Le Monde Diplomatique”, un solo ejemplar de la edición dominical del New York Times contiene más información que la que durante toda su vida podía adquirir una persona del siglo XVII.

Ante ese panorama, muchos políticos y su equipo de trabajo han entendido que para empatizar con su público hay que salirse de las más convencionales formas de hacer campaña y adoptan estrategias en ese sentido, con contenidos innovadores y alejados de la política tradicional.

Hay bastantes ejemplos de políticos dominicanos y foráneos, que han incluido como parte importante de su estrategia, utilizar las redes sociales para potenciar su marca personal, pero no siendo manejadas por sus sobrinos, sino con un criterio profesional.

Los que tienen un equipo profesional a su alrededor, han entendido de la importancia de generar percepciones positivas a través de sus propios contenidos online.

Para humanizarse y mostrarse más cercano, apelan a las redes sociales con una estrategia bien definida, mostrarse más cercano con las oportunidades que brindan especialmente Instagram, la red social del mayor crecimiento en los últimos tiempos.

Mediante “historias” y vídeos con contenido de valor, publican lo que hacen y mantienen una comunicación permanente con sus seguidores, lo que permite conocerlos y acercarse, dando valor a pequeños detalles que sí importan a la ciudadanía y que terminan generando percepciones y emociones positivas en sus seguidores.

Hay que aprovechar esos efectos positivos que brindan las redes sociales. Ignorar esa realidad es como ir a la guerra desarmado con dos únicos resultados: mueres o pierdes.

Pero no se trata de dejar de lado otros aspectos de la campaña como los mítines, cara a cara, visitas, encuentros, radio, televisión, impresos, web, entre otros. No se trata de sustituir, sino de integrar.

Hoy en día es impensable dejar fuera el tema de las redes sociales en las estrategias de marketing político.

Nos leemos el próximo domingo…

El autor tiene un máster en Asesoramiento de Imagen y Consultoría Política en la Universidad Camilo José Cela de España.

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