POLÍTICA Y CULTURA

Mañana, todo será distinto

Mañana, en el hipotético telar de una construcción de la esperanza, todo será distinto. No habrán Narco Estados, no habrá bandas saqueadoras de las riquezas de los pueblos. No habrá alianzas entre la escoria social y los políticos para transgredir normas y principios éticos, no habrá economías florecientes gracias al dinero sucio y malvado, no habrá joyas ni atavíos, ni lujosos yates, donde la excrecencia social se burla de los hombres y mujeres honrados que aprietan el puño, en su impotencia absoluta para modificar el cuadro escénico de las instituciones corrompidas. Mañana, los arquetipos de liderazgo se erigirán en corrientes del pensamiento fluyendo hacia estadios superiores de conciencia.

Mañana, una muchacha enamorada deshojará una flor a orillas de un río caudaloso sin contaminantes industriales, verá pasar imágenes veloces de peces y duendes bajo el agua cristalina, mirará el cielo azul como una ofrenda de pájaros silvestres y luz celeste transmigrada hacia el fondo de almas buenas. Mañana, no habrá juezas que pongan pruebas falsas para levantar falsos testimonios. Mañana, los políticos no harán promesas demagógicas, aprenderán de la gente sencilla el catecismo de la humildad y el servicio.

Mañana, los bienes del Estado serán sagrados. Los funcionarios irán a sus puestos, en vehículos sencillos, tomaran taxis u ómnibus, o llegaran en bicicletas, sin escoltas, pasarán desapercibidos por la crónica social, y sólo serán importantes, cuando rindan cuentas transparentes de sus gestiones. Mañana los tribunales de la República no condenarán a un padre de familia por robarse un pan para sus hijos, sino a los malandrines de cuello blanco que cruzan a hurtadillas por el Estado, temerosos de que alguien le enrostre su banalidad, su superficialidad moral, y su ausencia de justificación trascendente en el universo de los espíritus nobles y del amor.

Mañana, las campañas políticas electorales carecerán de sentido, no habrá demagogia ni nominillas, ni compra de votos. La conducta moral y las calidades solidarias, serán las prendas a exhibir. Votaremos por seres superiores, una estirpe evolucionada de tiempos nuevos. Mañana nuestras tierras productivas y nuestros yacimientos no estarán en manos de corporaciones desalmadas que saquean las riquezas y atentan contra la ecología y el medio ambiente. Mañana, todo será distinto, tendremos una Patria digna de sus preclaros fundadores, sentiremos el orgullo de ser dominicanos, y del legado de Duarte, Luperón, los héroes de junio de 1959, las Hermana Mirabal. Manolo, Caamaño, Bosch y Peña Gómez.

Hace algunos años, el poeta nicaragüense, Edwin Castro Rodríguez, escribió unos versos desde el penal donde agonizaba, y decía a su hijo que mañana todo sería distinto, “se marchará la angustia por la puerta del fondo/que han de cerrar, por siempre/las manos de hombres nuevos”. A esa epifanía del alma embarazada de sueños y utopías, se agrega hoy, como invitada en estas cuartillas, el alma mía.

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