Preservar la historia

Aunque muy soterrado todavía, se mantiene un debate en torno a la anunciada apertura de la sala al dictador Rafael Leónidas Trujillo en el Museo de Historia. Wanda Méndez, periodista del Listín, realizó un trabajo sobre las prendas del ajusticiado gobernante. Allí se reveló el plan de crear dicha sala, para exponer todas sus propiedades. Desde utensilios del hogar, prendas de vestir, hasta el carro donde fue acribillado por un grupo de dominicanos hartos de los crímenes, desapariciones, abusos y violaciones del régimen. Esa sala es necesaria, porque los museos son para preservar la historia, no para juzgarla. En esa sala deben estar además de sus pertenencias, las de los hombres y mujeres que inspiraron a sus ajusticiadores para decir un: ¡BASTA YA! a los horrores y crímenes que hoy quieren ser retomados por herederos y defensores de esa tenebrosa época. En la sala del tirano en el museo debe estar TODO, incluyendo los nombres de sus herederos, que huyeron con una fortuna propiedad de los dominicanos y la que aún disfrutan. Aplaudo que abran la sala al “generalísimo asesino” e insisto en que, los museos no son para juzgar la historia sino para preservarla. Así educamos nuestra juventud y ayudamos a que conozcan el pasado y no sean tentados a repetirla o seguir a quienes la defienden, como en la actualidad.