VIVENCIAS
De huellas peligrosas y renuncias
Una frase de Jesús a sus apóstoles introduce este artículo cuando les dijo: “No tengan miedo a los hombres, porque nada hay cubierto que llegue a descubrirse; nada hay escondido que no llegue a saberse”.
Esta advertencia en boca de Jesús tiene una fuerte repercusión para aquellos que pretenden ocultar sus pasiones desordenadas mediante una publicidad engañosa sustentada en funciones ejercidas bajo el manto del encubrimiento de instituciones hasta de carácter educativo.
No se corresponde con la verdad quien valiéndose de argucias publicitarias busca limpiar su pasado y su presente cuestionado por sus incursiones en el campo de la inmoralidad. Como tampoco, nadie que a sabiendas de hechos que ocurren en su ámbito con las buenas costumbres puede cuestionar y hasta exigir renuncias de gente que no actúa honestamente y poco diligente con sus compromisos sociales.
Lo primero que procede hacer para reclamar reivindicaciones sociales y actos de renuncia es limpiar la casa por dentro y requerir en los lugares donde se ejercen funciones directivas que los representantes de esas instituciones tengan un comportamiento que no riña con los valores morales que se les quiere exigir a otros. Es muy fácil asumir posiciones extremistas pero sin responsabilidad para enfrentar las faltas propias.