Preservar el respeto

Es reconfortante recibir el cariño y respeto de las personas que nos acompañan en el difícil camino de las realizaciones éticas y morales, como decepcionante es percibir a personas que degeneran en un comportamiento moral y mental que se considera anormal, demostrando con sus acciones de irrespeto y desconsideración el mal sentimiento que los mueve.

El concepto de irrespeto es considerado como una falta grave para la sana convivencia entre las personas, pues violenta uno de los principales valores que garantizan la armonía en una sociedad.

Nuestra experiencia nos enriquece cuando asimilamos y entendemos que el hombre se debe respetar no solo en lo personal, sino también como familia y como tributo a la memoria de sus progenitores que también hay que honrar.

Con base en ese principio, apoyémonos en las convicciones que habitan en lo más profundo de nuestra conciencia y transitemos por el camino donde la templanza nos guíe.

Apostemos a que nuestra sociedad rechazará el irrespeto y se reunificará en los preceptos que, sustentados en la consideración y el respeto, nos garanticen un mejor futuro para nuestros hijos.