ORLANDO DICE...
Asalto a los medios
Como si fuera algo normal, no se advierte cómo los presidenciables del oficialismo se toman como algo propio los medios.
Los impresos, los radiales, los televisivos, y para rematar, los de redes.
Una situación que afecta a Leonel Fernández y por igual al conjunto de la oposición, que se echan a un lado y dejan el escenario a los Siete Magníficos.
No puede decirse cómo se produjo el fenómeno, e incluso ni siquiera se pensó en esa probable sensación. Tal vez sea un producto de circunstancia.
Ahora sí existe real competencia, y no porque participa Gonzalo Castillo, sino porque uno de los muñecos tiene posibilidades de hablar.
Antes no atajaban, y menos enlazaban, e iban de un lado a otro como muchachos de rodeo que nunca montan ni siquiera caballo mecánico.
¿Qué efecto puede tener a más largo plazo ese desalojo o ceder terreno cuando la consigna al uso es “sangre nueva”? Lo de nueva podría discutirse, pero no la diversidad de tipos de sangre.
Además, y es un hecho a tener en cuenta. Con esos caballos o jinetes podría no hacerse una buena cartelera, pero sí la reacción del público, que se nota entusiasmado, o de los apostadores, que sueña con ganancia, una tarde exquisita en el hipódromo.
¿Qué podría hacer Fernández para recuperar espacio o tiempo perdidos, si se le atribuye delantera y sabe que el relevo afila cuchilla para su garganta?
Las encuestas podrían hacer una de las suyas, y hacerlas en doble sentido: a favor y en contra.
Supónganse que en las próximas mediciones (no las propias del grupo, sino las ajenas) uno que otro saque cabeza, o marque distancia o logre acercamiento.
Igualar como que sería muy pronto, pero lo dijo un ocurrente y es una verdad que en política se comprueba permanentemente.
“No va lejos los de alante, si los de atrás corren bien”.
Que es lo que se estaría dando actualmente, o al menos eso parece, que los alitas cortas se crecen en el viento como águilas en montaña.