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EN PLURAL

¡A escribir este capítulo!

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Yvelisse Prats Ramírez De PérezSanto Domingo

Hay una tarea prioritaria que reclama atención y esfuerzo, reflexión y acción de los que queremos que este país cierre un ciclo político oscuro dando paso a otro, claro, transparente, decente.

Esta misión no puede ser asumida solo por los que militamos en partidos políticos, sino por la sociedad civil en su conjunto, esa que ha despertado después de una “tanda extendida” de anomia, debe continuar asumiendo un rol protagónico en esta jornada decisiva por cambiar de gobierno y de modelo en el 2020, para iniciar una transformación estructural planeada, “mapeada”: una nueva estrategia de desarrollo cuyo eje cardinal sea el ser humano, los dominicanos.

Para formular esa agenda nacional, se requiere la participación de políticos y ciudadanos que puedan presentar credencial de probidad, capacidad, decisión, y personas que amen al país, que si se equivocaron en elecciones pasadas, se arrepientan a tiempo; gente buena, que existe aún, y que se siente asqueada ante fortunas que han crecido como espuma, sin que se sepa cómo, y ante la soberbia con que se ostentan, y ante el “tupé” de quienes, queriendo perpetuarse, se hacen sordos y ciegos ante la corrupción.

República Dominicana tiene una historia arrítmica con tiempos de luz y de sombra, a la epopeya trinitaria le siguió la traición de Santana, a la Revolución de Abril, le sucedió Joaquín Balaguer con sus 22 años de dominio, y luego el PRD trajo la tregua democrática con don Antonio Guzmán.

Aunque ha habido más gobiernos conservadores que liberales, el clamor reiterado por justicia, ese profundo amor a la patria que diseñaron los trinitarios, han sobrevivido, y en este tiempo, hoy, frente a la orgía de aspiraciones variopintas de quienes quieren gobernar el país, y luego, en las elecciones decisivas en el 2020, estamos llamados a escribir un capítulo más de la historia, esta vez con renglones rectos y letras grandes y claras.

Quienes lo escriban, tienen que estar unidos, coherentes, vibrantes, en este período preelectoral, y en las elecciones del 2020. Tienen que ser, repito, los políticos, y los ciudadanos, alrededor del PRM, porque es evidente que somos la cabeza de la oposición.

En este frente deben converger sindicatos, asociaciones empresariales y profesionales, universidades, iglesias, y también, por qué no, esa masa compuesta por los que don Juan llamó chiriperos.

Todos a una, como en la famosa obra de teatro de Lope de Vega “Fuenteovejuna”, podremos ganar las elecciones de febrero y de mayo 2020, llevando a los municipios alcaldes, alcaldesas y regidores/as decentes, y al Palacio Nacional, en mayo, un Presidente que no confunda ese Palacio con la residencia real de un monarca omnipotente.

Hay condiciones objetivas y subjetivas para lograrlo. Controlando ambiciones personales, enfatizando el acuerdo entre partido-sociedad civil, y con una clara visión de futuro.

Las elecciones, esta vez, pueden ser para los dominicanos un virtuoso orgullo, un abrir ventanas a la esperanza, como soñó Peña Gómez.

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