Nuestra realidad

Dos semanas fuera del país, de vacaciones por varias naciones y ciudades. Al volver, el tema principal sigue siendo, aunque con más acidez, las rebatiñas por la candidatura presidencial en el PLD.

En este viaje con la familia tuve la oportunidad de intercambiar sobre las situaciones del país. Diplomáticos, nacionales y extranjeros, funcionarios públicos de otras naciones tienen interés en oír la opinión de un periodista, como es mi caso, sobre la situación político-electoral que estamos atravesando.

Unos expresan su opinión sobre la dura controversia, y hasta crisis, en el partido de gobierno y/o sobre la reelección, mientras otros se limitan a ‘obtener’ informaciones.

Sin embargo, lo que más me impresionó fue la importancia que dan estos interlocutores sobre el tema de la seguridad pública en el país, sin dejar de expresar pesar por el deterioro de lo que ha caracterizado a los dominicanos: gente buena, amigable, alegre, pacífica. La prensa internacional ha sido dura, destacando el tema de los turistas norteamericanos muertos, por causas diversas y en hechos sin conexión entre sí, lo que provoca interrogantes. Y qué no decir sobre el baleamiento que sufrió David Ortiz.

Igual piensa la gente del pueblo, un taxista o el empleado de un hotel, cuando se entera que uno es dominicano. Lo primero que preguntan es ‘¿cómo sigue el Big Papi?’. A eso es que debemos prestarle atención. Lo demás es coyuntural, pasajero, aunque se juegue el poder.