EL BULEVAR DE LA VIDA

El PLD y Borges

Uno observaba con vergüenza los hechos de la plaza del Congreso Nacional, leía los morados insultos en las redes sociales cuando ocurrió, y de tanto ganar siempre y andar sin adversarios por la vía, ahora andan los peledeístas confundiendo los humos con las nubes y al mundo con su ombligo, al punto de que todo lo que hoy ocurre en el PLD es un déj‡ vu caribeño de todo lo vivido en 2011 y vuelto a vivir en 2015, pero peor, amor, mucho peor.

El saberse los preferidos, el victorioso “mal menor” de siempre, que siempre digo, ha aumentado el aloque full de leonelistas y danilistas, su incontinencia verbal amplificada, su ego inflado. Ya fuera de sí, ahítos de tanto ganar siempre, a los muy señores les cae un rayo cerca y aseguran que es Dios que quiere tomarle una foto.

Lo peor es que mientras todo esto ocurre, allá lejos queda el país y sus querellas. Y así, hemos convertido a la mil veces consensuada y hasta constitucionalizada Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo en una oda a lo que nunca va a ocurrir, Pacto Fiscal, por decir.

Para los demorados y fanatizados señores en conflicto, la patria puede esperar, pues ellos han llegado a la triste conclusión de que, lo que no tiene que ver con la reelección de Danilo Medina o la cuarta candidatura presidencial de Leonel Fernández, sencillamente no existe; como si ellos fueran el enamorado del poema “El amenazado”, de Jorge Luis Borges, cuando asegura: “Esta habitación es irreal; ella no la ha visto”. Para ellos, como el triste enamorado del poema, “estar o no estar” con Leonel o con Danilo, of course, “es la medida de su tiempo”. ¡Vea Usted, qué vaina, Baní!

A Borges, a ese ciego iluminado “que imaginaba el paraíso en una biblioteca”, y que el fanatismo de la guerra fría nos hizo conocer ya viejos, “lo delata un nombre de mujer (ay,) le duele una mujer en todo el cuerpo”; pero lo de estos peledeístas histéricos y fanáticos, “insultosos” e insultantes, vehementes y “esquizos”, es más grave, es muchísimo más grave. A ellos, ni les delata ni les duele nada que no tenga que ver con Leonel o con Danilo. ¡Joder! Con lo linda que está la mar. Ya amanecerá algún día.

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