Pentecostés

En la historia del mundo y de la Iglesia, la fiesta de Pentecostés marca un hito.

En Pentecostés los apóstoles recobraron toda la fuerza, energía y entusiasmo para seguir adelante, pasada la crucifixión de Jesucristo y los ataques sufridos, que los hundieron.

Recobraron el entusiasmo, amor y enamoramiento que tenían a ese proyecto de Jesucristo. Nosotros necesitamos continuamente renovarnos, dentro y fuera de la Iglesia, con la esperanza de un mundo mejor.

Cuando nos sentimos caídos, hundidos, que bueno es recuperar el entusiasmo. A los que no tienen fe, les digo: ¡Busquen la esperanza y el entusiasmo, que es lo que nos anima a luchar! Los que tienen fe, tienen otro recurso: pueden acudir al Espíritu Santo, como hicieron los apóstoles.

Este domingo de Pentecostés, que todos nos llenemos de entusiasmo y de esperanza, para seguir adelante, con valentía, la obra de la construcción de un mundo mejor.

Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.