EN LA RUTA

David Ortiz

Pese a no tratarse de un robo o un atraco, lo acontecido al expelotero de grandes ligas David Ortiz, herido mientras compartía con unos amigos en un establecimiento de la zona oriental y donde también resultó herido el comunicador Jhoel López, reabre el socorrido tema sobre las muertes por encargo o sicariato y su necesaria tipificación en el Código Penal. Un cuadro preocupante, y al que en varias ocasiones La Ruta se ha referido, señalando el poco valor que ha llegado a tener la vida humana y la facilidad con la cual cualquier persona paga unos pocos miles de pesos para que un “equipo” de muerte, generalmente compuesto por una pareja de motorizados, ubique, dispare y ultime a su víctima. Y es que aún a la espera del parte oficial que determine los detalles reales de lo sucedido, pero que en las preliminares apuntan hacia un lío de faldas sin pantis, lo cierto es que al carismático toletero, que compiló un promedio al bate de 286, con 541 cuadrangulares y mil 768 carreras remolcadas hasta su retiro en 2016, lo intentaron matar en medio de la muchedumbre y a plena luz del día, dos personas a bordo de una motocicleta, donde uno (que está prófugo) disparó y el otro (capturado) conducía. Un modus operandi habitual para estos casos, perpetrado por motorizados de barrio, fuertemente armados y a los que resulta fácil contratar, mientras, nuestra normativa penal sigue sin contemplar, más allá de la complicidad, el sicariato ni la autoría intelectual.

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