Frustrados

Es importante reflexionar sobre aquellos que no han logrado o terminado nada de lo que han emprendido, que considerándose frustrados se “enganchan” a políticos o a buscadores de puestos sin función alguna. Con mucha propiedad Calímaco en Fragmenta inserta (no. 47) nos dice que a los hombres baladíes Dios les da cosas baladíes.

La frustración lleva a cometer muchos errores, uno de ellos es considerarse con valores que no se practican y mucho menos de no tener claro su dimensión ética que abarca la coherencia; así como el proyecto ético de vida que debe comprender la autodeterminación, la justicia, la autovaloración, la honestidad y la transparencia.

Es de antología lo escrito por José Ortega y Gasset en el ensayo Divagación ante el retrato de la marquesa de Santillana de que hay una gran parte de hombres que no tienen más vida interior que la de sus palabras huecas, y de que sus sentimientos se reducen a una existencia oral.

De esta manera, la frustración conduce a la frivolidad recreando o fabricando infortunios con fatuidades que es mejor tomar a broma. En verdad, algunos ciertamente tienen que pasar la vida debajo del pesado fardo del atavismo de los genes paternos; en cambio otros habitan en el patriotismo fecundo de sus antepasados siempre orientados al bien común.