TIEMPO PARA EL ALMA

“Piensen en los que son maltratados, pues también ustedes tienen un cuerpo que puede sufrir”. Heb. 13:3.

Pienso en los niños obligados a trabajar, los que mendigan en las calles, los que deambulan en las noches oliendo cemento. En las niñas y los niños maltratados por la falta de ternura, hijos de padres y madres ausentes que solo pagan la escolaridad y les compran las ropas lindas para exhibirlos en Instagram. En las esposas de hombres que las destruyen con su falta de amor, víctimas de maltrato económico, emocional y psicológico. Pienso en las personas explotadas en un empleo de sueldo miserable. Pienso... y me pregunto: ¿qué hago para mejorar lo que puede estar a mi alcance?