Dólar en los bancos

Las previsiones económicas dicen que República Dominicana seguirá cumpliendo con los objetivos de crecimiento y metas de inflación. Todo este ritmo de estabilidad macroeconómica desde 2004, que el FMI acordó con el nuevo gobierno una estrategia de conducción estupenda, en el país desapareció el fantasma de la crisis de divisas que impedía adquirir los bienes y servicios importados por la nación. Por ese programa de estabilidad los bancos se convirtieron en los genuinos constructores de un sistema de compra y venta de divisas fluido y efectivo. Pero a nadie se le ocurriría volver a aquellos tiempos de especulación grosera con las monedas extranjeras autorizadas, y mucho menos dar la sensación que determinados usos o medidas que restrinjan o limiten este mercado pueda tener efectos perniciosos para el buen desenvolvimiento de las políticas públicas dirigidas a mantener la fluidez de esas transacciones. La gente no debe tener trabas para adquirir divisas en cantidad que, desde luego, no contribuyan a generar especulación o a fortalecer prácticas de lavado de dinero de operaciones mercantiles dudosas. Pero que una persona acceda a una agencia o sucursal bancaria a comprar o vender, y si usted no es cliente relacionado no se le brinda la facilidad, es realmente inadmisible. Entiendo que desalienta la estabilidad con esa medida restrictiva en el mercado de venta de divisas solo a relacionados con el banco. Esto es cooperar con la desconfianza, con la incertidumbre y la vulnerabilidad que no dicen las estadísticas. La moneda norteamericana es muy sensible, y erradicar esos aciagos días pasados del 2000- 04 fue muy duro. Ahora con ingresos de dólares al país que no cesan de crecer (remesas, turismo, inversión, extranjera, exportaciones, préstamos, bonos, etc.), en la nación que tiene años de estabilidad y crecimiento, líder en la región en expansión económica es de rigor corregir a tiempo esta grieta de retrocesos sin justificación de las entidades bancarias.