Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

PEREGRINANDO A CAMPO TRAVIESA

Santa Catalina de Siena y Gregorio XI

Avatar del Listín Diario
Manuel Pablo Maza Mique, S.J.Santo Domingo

Catalina de Siena (1347 - 1380) no alcanzó los 34 años de vida. Era la número 24 de 25 hijos. De niña tuvo un encuentro decisivo con Cristo. Le prometió al Señor que nunca se casaría. Con 17 años vistió el hábito de las Hermanas de la Penitencia de Santo Domingo. Pasó tres años dedicada intensamente a la oración. Hacia los 20 años experimentó una íntima comunión afectiva con el Señor. Sin dejar la casa de sus padres, se dedicó a socorrer a pobres y enfermos. Eran los años de la Peste Negra. Uno de cada cuatro europeos murió.

Enferma y perseguida, Catalina pronto tuvo seguidores. Examinada por el capítulo general de los Dominicos, salió airosa y con un confesor: Fray Raimundo de Capua. Luego sería su discípulo, Maestro General de la Orden, y beato. Catalina era encantadora, alegre, cariñosa, espiritual y al mismo tiempo práctica. Se distinguió por su devoción a la Eucaristía, presencia real de Jesús para unir y reformar la Iglesia. De ella se dijo que vivió con la Iglesia a la espalda y la Eucaristía en el corazón.

Se conservan 380 cartas suyas a obispos, frailes y al mismo papa. Sufría las llagas de la Iglesia: desde 1304, los papas no residían en Roma, por su parte, muchos obispos, frailes y sacerdotes ambicionaban el dinero para vivir en el lujo. Muchos se escandalizaron.

Catalina exhortó a Gregorio XI, sucesor de Urbano V a regresar a Roma para reformar la Iglesia y convocar una cruzada a fin de que los príncipes cristianos en guerra se uniesen contra los musulmanes.

En 1376 trabajó por la paz entre la sublevada Florencia y el papa. Su misión de paz fracasó, pero su persona causó tal impresión en el Papa Gregorio XI que éste regresó a Roma en enero de 1377, contrariando al Rey de Francia y los cardenales franceses que se horrorizaban de los calores romanos.

Santa Catalina urgía al papa regresar a Roma dándole este programa: restaurar la dignidad del sacerdocio y reorientar las tendencias secularizadoras de la Iglesia. El cuerpo místico de la Iglesia se renovará si tomamos en serio los sacramentos. “Al igual que nada puede manchar el sol, la maldad de los sacerdotes no daña los sacramentos de la santa Iglesia ni disminuye su fuerza, Pero la gracia se debilita y el pecado aumenta en todos los que administran o reciben los sacramentos indignamente” (Unn Falkeid, 2017, 165 - 167).

En 1378, al romperse la unidad de la Iglesia gobernada ahora por dos papas rivales, Catalina de Siena apoyó al mercurial Urbano VI en Roma. Allá siguió sirviendo a los pobres y escribiendo cartas recabando el apoyo para Urbano VI. Le parecía que llevaba sobre sus hombros de mujer la barca de Pedro.

Tags relacionados