Opinión

EN POCAS PALABRAS

Capitalismo popular: Punta Catalina

Juan Guiliani CurySanto Domingo

La propuesta de capitalizar la planta de electricidad Punta Catalina bajo un esquema de capitalismo popular, que formula el ex ministro de Energía y Minas, Pelegrín Castillo Semán, podría ser el principal paso hacia la apertura y democratización del capital accionario del proyecto energético y de un capitalismo popular de amplia base en el país. Si las autoridades competentes acogen la propuesta, estarían promoviendo la participación de la población y de grandes, medianos, pequeños y micros empresarios, fondos de pensiones de los trabajadores, y aportes individuales del ciudadano ordinario, en ser dueños en el patrimonio de la paraestatal Punta Catalina, una obra insignia de capital importancia de la administración del presidente Danilo Medina.

El mayor beneficiario en términos políticos y sociales sería el Gobierno, porque se convierte en el propulsor de la iniciativa, elevando la confianza empresarial y ciudadana, acciones que tendría como objetivo estratégico ampliar la base distributiva de las riquezas nacionales, modificando la relación de desigualdad y vulnerabilidad en grandes segmentos de la población del país. La economía dominicana se enfilaría hacia un nuevo concepto del modelo avanzado de desarrollo no paternalista alejado del clientelismo político y del intercambio de protecciones económicas.

El Banco Mundial ha hecho sugerencias en esta dirección de implementación de patrones de capitalización de amplia base de participación accionaria. El dirigente político sostuvo que: “La economía nacional enfrenta una peligrosa tendencia hacia la concentración de capitales en poder de pocos grupos económicos nacionales y extranjeros.” En su confesión se inclina porque el capitalismo en la República Dominicana debe ser redimensionado y relanzado tanto en la apertura de nuevos campos de inversión como en la ampliación de la base propietaria. Plantea que el artículo 299 de la Constitución de la República, establece una vía donde al Estado dominicano le asiste la potestad al enajenar un bien o activo de su propiedad, pudiendo éste adoptar las medidas pertinentes que conduzcan a la democratización de dichos activos y puedan ser puestos a la venta. Ejemplo, sería la venta de acciones a los trabajadores de la CDEEE, a los ciudadanos individuales, empresarios y sociedad civil, sin que esto se convierta en un esquema enajenado, clientelista y populista, que vaya a desnaturalizar el concepto del capitalismo popular y empresarial en las condiciones más conveniente al interés público.

Los dominicanos residentes en el exterior, tendrían oportunidad de traer capitales bajo un proceso transparente de compra o venta de acciones. Algunos dirían que el país no cuenta aún con experiencias en este sistema de capitalismo popular o un mercado de capitales con base accionaria que garantice los mecanismos y la transparencia para sustentar con éxito la capitalización popular de Punta Catalina, pero nadie nace sabiendo.

La Superintendencia de Valores de la República Dominicana parece coincidir con la apertura accionaria. El mecanismo de capitalización popular no debe ser discriminatorio, aunque sí vigilar celosamente el dinero proveniente del lavado u otras fuentes dudosas. Es tiempo que los ciudadanos sean incorporados a los esquemas de propiedad accionaria de grandes activos productivos estatales para promover la prosperidad, el desarrollo económico y el progreso social, en el marco de un sistema político sustentado en un verdadero Estado de Derecho, revestido de fuertes y robustas instituciones democráticas.

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