El brexit en su recta final

A cuarenta y tres días del plazo acordado como cierre definitivo de cualquier acuerdo que se haga entre el Reino Unido y la Unión Europea sobre los términos y condiciones que implicaría el denominado Brexit (Salida del Reino Unido de la Unión Europea) decisión que se tomó mediante un referéndum el 23 de junio 2016 que favoreció con un 51,9% contra un 48,1% que se opuso abandonar su matrimonio de 45 años con el resto de naciones que integran la Comunidad Europea, el más avanzado y moderno esquema integracionista de la historia moderna, la incertidumbre asoma.

Han sido ya varios los intentos del gobierno de la conservadora primera ministra Theresa May de conseguir un respaldo que recoja el consenso de los diferentes sectores del Reino Unido en su propósito de dejar su pertenencia con el régimen comunitario basado en Bruselas. Mucha agua ha caído y parece ahora que la decisión de irse del terreno comunitario ha ido reculando debido a las consecuencias, políticas, económicas y sociales, que acarrea dicha decisión --y que refleja-- se le escapó de los cálculos a los bien adiestrados estrategas británicos de línea dura anticomunitaria y antieuropeísta.

La primera ministra May confía que en lo que le queda de tiempo podría sacar un arreglo aunque sea comesticado con Bruselas, el cual satisfaga 50-50 este arroz con mango, a los que quieren el Brexit y aquellos otros que rechazan la salida del bloque de 28 naciones.

Ya países como Alemania y otros de la Unión Europea, han dejado sentir su inconformidad con la decisión del gobierno británico dominado por el Partido Conservador (Tory) de la premier Theresa May. De acuerdo a la canciller alemana, Angela Merkel, el Brexit causaría al menos 100,000 despidos de personas que trabajan en la industria automovilística. Miles de jóvenes británicos quedarían afectados en sus puestos de trabajo que disfrutan por estar en la Comunidad Europea y la incertidumbre entre los jóvenes cunde el pánico por todo el reino británico.

Incluso, personalidades como el exprimer ministro Tony Blair, se ha mostrado partidario de ir a un nuevo referéndum que finalmente diga si hay o no abandono con la Unión Europea. El Parlamento británico ya ha propinado dos duros golpes a la primera ministra, lo que ha provocado una situación de indefinición y nerviosismo en diez “downings street”.

Temas espinosos son la definición de la frontera con Irlanda del Norte y el elevado pago que tiene que hacer Londres a Bruselas como compensación monetaria de su salida del grupo comunitario.

Y en honor a la verdad, el tema del Brexit pudiera incidir, además del factor guerra comercial EEUU-China, en un descenso de los estimados del crecimiento económico global, hoy reajustado hacia la baja en un 3,5 por ciento, según cifras del Fondo Monetario Internacional.

Lo cierto es que el Brexit convertido en un ensayo, ya no tiene entusiasmo con algunos países europeos que vieron en principio con muchas simpatías el esquema para separarse del eje comunitario de Bruselas.

La manilla del Big Ben ha comenzado su cuenta regresiva y sólo nos queda esperar cuál finalmente será el camino a seguir, decisión ya en manos del Palacio de Westminster, ante el desenlace del 29 de marzo próximo. La pregunta sería: ¿Se retrasará el Brexit?