La riqueza mal usada es vana

Volvamos sobre este tema de la riqueza, es nuestra entrega No. 27 y vamos a tomar esta idea de hoy, del profeta Oseas, del Antiguo Testamento, una frase antiquísima: “Si una persona se ha enriquecido y se ha fraguado una fortuna sin que tenga fundamento y emplea mal esa fortuna, entonces esta riqueza es vana”.

Las riquezas -lo recordaremos cien veces-, son para utilizarlas como debe ser; las riquezas que se tienen y se amontonan pasarán como una flor; las riquezas que se hacen producir y se emplean para el bien permanecen.

En estos días justamente he estado recordando la universidad de Harvard, que tiene siglos en Estados Unidos.

Un millonario norteamericano, de apellido Harvard, crea esa universidad, una de las mejores del mundo y que permanece en el tiempo haciendo bien. Si Harvard hubiera empleado toda su fortuna vanamente para mantenerla, así esa fortuna se hubiera secado como la yerba o como una flor que está ahí, pero esa flor ha sido bien plantada, con una obra buena.

Ojalá que si todas y todos producimos algo, que todo lo que nosotros produzcamos no sea en vano, que dé frutos y que se emplee para algo, como lo han hecho tantos hombres y mujeres a través de la historia.

La riqueza mal usada es vana, se seca como la flor del campo.

Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.