Un paraíso llamado Punta Cana

La reciente publicación que hiciera sobre el litigio entre empresarios en torno al futuro de Punta Cana ha deslizado sobre mi correo electrónico el punto de vista de un siquiatra dominicano que en New York ejerce en la rama forense. En su texto subyace una opinión. Creo haberla entendido, mas a veces tengo miopía introspectiva. No sé quién tiene la razón y el doctor Osiris Rivas tampoco lo afirma.

Punta Cana es la segunda ciudad más visitada de las Américas. Denominado por muchos como un paraíso. Se ha ganado un espacio con su belleza natural y la integración de una labor sostenida de buenos hoteles con servicios de corteses dominicanos. Punta Cana, que es algo mas que Punta Cana en sí, es un edén turístico con una imagen de marca y un diseño particular.

En estos momentos hay una disputa sobre cómo debe ser su futuro. Osiris Rivas tampoco parece saberlo o lo expresa sincopado:

“Después de saludarlo y felicitarlo por su tan leída columna, que no me pierdo a diario, le escribo para contarle una experiencia que viví recientemente.

Estando en el aeropuerto de Madrid, vi llegar un grupo de hermosas mujeres de varias razas entre ellas una de raza negra, una asiática y varias blancas desde rubias a otras de pelo negro, pero todas parecían participantes en un concurso de Miss Universo.

Una de ella se sentó cerca de mí, y conversador como soy, le pregunté que para cual línea aérea trabajaban y me contestó que eran de Emiratos y viajaban de Madrid a Dubái.

Nuestra conversación era en inglés y ella me preguntó que de qué país era y cuando le dije que era dominicano, residente en New York, me dijo: ¿Oh de la República Dominicana? Yo adoro Punta Cana y Bávaro. Mi sueño es vivir allá.

Cuando nos despedimos pensé, mira esto, para esta joven, un sueño como Dubái, es una rutina, en cambio, una isla tropical, es el paraíso donde sueña vivir. En mi trabajo, todos los que nos han visitado en Punta Cana, sueñan con ir pronto y en 25 años que tengo trabajando a nivel profesional, solo una persona se ha quejado de Punta Cana y fue porque durante su estadía le empezó un dolor de espalda insoportable que hizo que sus días allá fueran miserable pero no por culpa de nadie”.

Continúo sin saber si es necesario rediseñar el paraíso.