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PASADO Y PRESENTE

¿Vive o no Johnny Abbes?

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Juan Daniel BalcácerSanto Domingo

Se tiene como un hecho verdadero que Johnny Abbes García, tras abandonar el país en junio de 1961 con destino a Tokio, al siguiente año se trasladó a París para contactar a los hermanos Ramfis y Radhamés Trujillo en procura de una reconciliación y confiado en que obtendría el respaldo de ambos para elaborar un plan de acción que les permitiría revertir favorablemente la situación política en Santo Domingo. Una vez en el exilio, muchos de los “trujillistas huérfanos” no tardaron en padecer penurias económicas, razón por la que desesperadamente anhelaban regresar al país para continuar disfrutando de las llamadas mieles del poder. Cuando es forzoso vivir fuera de tu país careciendo de recursos económicos, el exilio no tiene nada de dorado. Hay quien dice que Abbes García mantenía contacto epistolar con algunos de los más connotados “caliés” que deambulaban por playas extranjeras, a los que exhortaba a mantenerse expectantes porque en cualquier momento se podría producir el retorno al terruño añorado. En 1966, Abbes García -desde Francia- hizo los arreglos pertinentes para trasladarse a Haití, a donde llegó bajo el nombre ficticio de “Dr. Mangonés”, no solo para poner al servicio del dictador Francois Duvalier sus grandes dotes de espía, torturador y asesino profesional (aberraciones para las que al parecer tenía un don innato), sino también para establecer su base de operaciones conspirativas en territorio contiguo a República Dominicana. El plan político -se dice- consistía en complotar contra el recién electo presidente Joaquín Balaguer, a quien entonces no pocos trujillistas nostálgicos juzgaban traidor al legado de su desaparecido “Jefe amado, ido a destiempo”.

¿Cómo murió? En torno a la forma como murió Johnny Abbes, en Haití, Orlando Inoa, en “Trujillo y yo. Memorias de Johnny Abbes García” (2009), y Tony Raful, en “La rapsodia del crimen. Trujillo Vs. Castillo Armas” (2017), ofrecen diversas versiones. Según una versión, Abbes García, su esposa, hijas y la criada, fueron ametrallados en su residencia y sus cadáveres desaparecidos. Otra fuente da cuenta de que la familia primero fue detenida en su morada, luego conducida a una colina en las afueras de Puerto Príncipe y desde allí, tras ser asesinados, sus cuerpos fueron lanzados al vacío, simulando un accidente automovilístico. Existe otra historia según la cual las víctimas fueron incineradas dentro del coche familiar y después arrojadas al precipicio. También hubo rumores en el sentido de que la muerte del infame personaje fue planificada desde República Dominicana, a instancias de un sector militar del entorno del presidente Joaquín Balaguer que, para lograrlo, se valió del jefe de los temidos Ton Ton Macoutes, la policía política de la dictadura duvalierista. Muriera o no entonces Abbes García, lo cierto es que las escasas y difusas informaciones que circularon en torno a su desaparición física (que nunca fue confirmada) devino en una suerte de versión oficiosa aceptada por estudiosos y especialistas en temas relacionados con la política dominicana posterior a la erradicación de la tiranía trujillista.

Una muerte misteriosa. En la introducción a las “Memorias de Johnny Abbes”, su editor consignó que este “fue asesinado en Haití, el 30 de mayo de 1967 al ser involucrado en un intento de golpe de Estado junto a Max Dominique. Las circunstancias de su muerte nunca han sido esclarecidas...” Postreramente, luego de abrevar en esa y otras fuentes, Tony Raful, en su libro citado, capítulo 12 titulado “Abbes García ¿Vivo?, Gloria Bolaños ¿Agente de la CIA?”, se adhirió a la versión original y, a pesar de que ya conocía otra información según la cual Abbes García podía estar vivo, aseveró que este “fue asesinado en 1967 en una operación dirigida desde la República Dominicana por oficiales cercanos al círculo del presidente Balaguer”, cosa que lo indujo a sostener que Abbes había muerto “por mandato dominicano, no haitiano”. En el año 2012 Tony Raful confiesa que fue objeto de una sorprendente confidencia por parte de un extraño personaje, “de alta estatura, de unos 70 años, vestido de traje oscuro”, quien durante una recepción se le acercó y “sotto voce” le dijo: “Johnny murió hace dos meses en CaliforniaÖ” y, acto seguido, desapareció entre la concurrencia. Sin embargo, a juzgar por recientes informaciones que le han merecido fiabilidad, Tony Raful ha reconsiderado su conclusión original y aceptado como verosímil la teoría -de remota posibilidad- según la cual Johnny Abbes no murió en 1967, y que actualmente vive en la ciudad de New York, oculto bajo falsa identidad. Si bien es cierto que -como sostiene Raful- nadie vio el cadáver de Abbes, no lo es menos la circunstancia de que ahora se impone demostrar, mediante evidencias concretas, que ese siniestro personaje aun vive y que, como si fuera un remedo del “Dios” Liborio, no ha muerto ná...

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