A propósito de merengue

El Día del Merengue fue una fecha casi anónima para este ritmo que nació en nuestro territorio y que musicalmente presidía de manera estelar la dominicanidad.

Lamentablemente el merengue ha sido desplazado por otros géneros y subgéneros musicales que tienen más y mejor acogida en el público contemporáneo. Los tiempos han cambiado y al parecer también los gustos.

A esto debemos sumar el hecho de que las estaciones de radio tampoco le dan cabida a este ritmo en su programación.

Los nuevos ídolos de la juventud de hoy no son los merengueros. El público de hoy no comulga con este género. Los artistas que ponen a delirar multitudes son los que interpretan los llamados ritmos urbanos, los bachateros y demás géneros de calle.

Desconocemos los motivos, pero todo parece indicar que al merengue le está haciendo falta el nacimiento de líderes que conecten con la juventud y lo lleven de nuevo a sintonizar con el ritmo.

Si Luis Miguel puso a los jóvenes latinoamericanos a escuchar boleros, entonces es posible el renacimiento del merengue a partir de un fenómeno similar.

No recordamos cuál fue el último ídolo de multitudes que tuvo el merengue en el país. Los merengueros que todavía tienen vigencia están viviendo de esa fama que cultivaron y del público adulto que aún gusta de su música.

Se dice que la época de oro del merengue fue en los años 80 y que de esa parte a la fecha ha habido un vacío generacional que también ha mermado la popularidad del género. Los espectáculos masivos que se montan en el país estructuran mayoritariamente su cartelera con grupos e intérpretes que no son merengueros. Colocan una o dos orquestas de merengue, pero el resto es de otro tipo de música.

El fenómeno amerita que los especialistas en el tema profundicen y establezcan las causas por la que el merengue languidece y hay indiferencia hacia el mismo por parte de esta generación.

La idea que plantea el periodista Fausto Polanco tiene sentido y es factible. Él propone que todas las estaciones del país, durante su programación regular, cada una hora, coloquen un merengue como una forma de promover el género, darle vigencia e impulsar piezas inéditas de muchachos que ya no cuentan con el respaldo de una casa disquera para dar a conocer sus obras. La idea es buena y en nada afecta, en términos de audiencia, los intereses de las emisoras.