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PASADO Y PRESENTE

Balaguer y la muerte de Johnny Abbes (y II)

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Juan Daniel BalcácerSanto Domingo

Acaso el primer libro en el que se revelaron algunos detalles acerca del asesinato de Johnny Abbes, en Haití, fue: “Los cadáveres salen a flote. Gansterismo y política en América” (1980), firmado por Víctor Alicinio Peña Rivera, otro temido y aborrecible exagente del SIM, quien escapó del país en 1965 y se radicó en Puerto Rico. En el capítulo XVII, “El asesinato del coronel Johnny Abbes García y su familia”, figuran revelaciones que pasaron desapercibidas debido a que no pocos lectores descreyeron de las opiniones de ese calié infame, en cuyos escritos siempre primó el afán de presentarse como un “angelito”, que no hizo mal a nadie, y quien en el desempeño de sus tétricas funciones solo se limitó a cumplir órdenes superiores.

Un “Informe” poco conocido. ¿De cuál fuente se nutrió Balaguer para redactar su versión sobre la muerte de Abbes García? Tony Raful cita un “Informe”, repleto de incongruencias y falsedades, que a tal efecto habría preparado el señor Carlos García Mendieta, a la sazón cónsul dominicano en Puerto Príncipe, quien también había pertenecido al SIM. El relato de Balaguer sobre el día final de Johnny Abbes figura en el capítulo “El Borgia negro” de “Los Carpinteros” y adolecía de tres informaciones inexactas: primero, que la esposa de Abbes, la señora Zita Fernández, era hija del general Ludovino Fernández; segundo, que el exjefe del SIM fue ejecutado el 30 de mayo de 1967 (fecha que casualmente coincidía con otro aniversario del ajusticiamiento de Trujillo); y, tercero, que cuando el presidente Duvalier se enteró de los pormenores de la conjura para derrocarlo (en la cual Abbes supuestamente estaba involucrado), “rayó en la violencia” y “como resultado [de tal reacción] fueron eliminados todos los miembros del antiguo servicio de inteligencia dominicano que se habían refugiado en Haití después de la muerte de Trujillo y que actuaban en connivencia con el coronel Abbes García”. No he tenido oportunidad de examinar el “Informe” de García Mendieta, ni conozco en qué fondo documental o publicación podría consultarse. En su libro “La rapsodia del crimen. Trujillo vs. Castillo Armas” (2017), y más recientemente en artículos publicados en el Listín Diario, Tony Raful sostiene que Balaguer, tras haberse percatado de las incongruencias de esa fuente, “en un gesto sin precedentes, retiró de circulación la obra de su autoría donde había insertado el informe de García Mendieta, rectificó la declaración inicial. Y jamás volvió a hablar del asunto...”.

Ligeros cambios. Ciertamente, Balaguer introdujo ligeros cambios en su versión referente a la muerte de Johnny Abbes. El error sobre la esposa de este fue corregido en la misma primera edición de “Los Carpinteros”, de 1984, pues luego de retirar del mercado algunos de los ejemplares que ya circulaban, pudo lograrse que el impresor insertara una Fe de Erratas en la que el autor se cuidó de aclarar lo siguiente: “En la página 192 debe eliminarse la frase que dice (hija del General Ludovino Fernández), por no haberse podido establecer, mediante Acta de Nacimiento, la verdadera filiación de la señora Zita Fernández”. Los demás detalles y pormenores del relato original se mantuvieron inalterados en las sucesivas reimpresiones de “Los Carpinteros”, obra escrita a la manera en que Benito Pérez Galdós y Max Henríquez Ureña concibieron sus “Episodios Nacionales”. Así consta en las cuatro ediciones correspondientes a 1985, al igual que en las de 1990, 1993 y 1995, respectivamente. Solo para la reimpresión del año 1997 se suprimió el párrafo en el que se incriminaba al dictador Francois Duvalier, cosa que me fuerza a conjeturar que Balaguer comprobó la falsedad de una parte de la historia que le habían “vendido” y que, por algún conducto, debió recibir información confiable en el sentido de que el asesinato de Abbes, si es que en verdad ocurrió, obedeció a una trama urdida y financiada por militares dominicanos en connivencia con contactos claves dentro del aparato represivo de la dictadura duvalierista.

No hubo retractación. Joaquín Balaguer falleció el 4 de julio del 2002 y, que sepamos, nunca renegó de cuanto escribió sobre el final de Abbes García en Haití, salvo el párrafo que vinculaba a “Papa Doc” con ese hecho de sangre. Retractarse era una tecla que Balaguer no solía tocar, pues, para él, lo dicho eran palabras que se las podía llevar el viento; lo escrito, escrito estaba; y lo no escrito, como la página aquella, en blanco quedaba. Se diría que Joaquín Balaguer fue consistente con la versión que juzgó fidedigna respecto de la desaparición de Johnny Abbes; y tal vez por esa circunstancia los editores de sus obras casi completas decidieron, en el 2006, reproducir íntegramente el relato original de “Los Carpinteros” en el tomo VIII (páginas 423-25) de sus “Obras Selectas”.

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