Desarrollo económico y salud

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Daris Javier CuevasSanto Domingo

Como se sabe, el desarrollo económico se interpreta como la capacidad de países o regiones para crear riqueza a fin de mantener la prosperidad o bienestar económico y social de sus habitantes. Por igual, podría pensarse al desarrollo económico como el resultado de los cambios cualitativos dentro de un sistema económico facilitado por tasas de crecimiento que se mantengan altas en el tiempo y que permitan mantener procesos de acumulación del capital.

Es importante destacar que el proceso de desarrollo económico supone ajustes legales e institucionales que son construidos para dar incentivos, cuyos objetivos es fomentar innovaciones e inversiones con el propósito de crear un eficiente sistema de producción y un sistema de distribución para los bienes y los servicios. Para tener una idea de como se puede entender el mundo desarrollado, se considera como tales principalmente a Japón, Europa Occidental, USA, Canadá, Australia, Nueva Zelandia, los cuales se caracterizan por un alto nivel de desarrollo industrial.

Pero resulta que el interés por la economía del desarrollo surgió como una rama de la economía debido a la preocupación post segunda guerra mundial fruto del bajo nivel de vida en varios países de América Latina, África, Asia y Europa Oriental. Para entonces se trataba de entender el cómo se podía lograr el desarrollo económico y social lo más rápido posible, por qué el proceso de crecimiento industrial y el desarrollo que se había visto en Europa Occidental, USA y Japón no se había extendido a otras naciones o regiones.

A luz de esos criterios objetivos, se precisa que el desarrollo económico es la transición de un nivel económico concreto a otro más avanzado, el cual se logra a través de un proceso de transformación estructural del sistema económico a largo plazo, con el consiguiente aumento de los factores productivos disponibles y orientados a su mejor utilización con un crecimiento equitativo. Por tales razones el desarrollo económico implica mejores niveles de vida para la población, y no sólo un crecimiento del PIB, por tanto, lo que representa es cambios cuantitativos y cualitativos sistemático.

Las expresiones fundamentales del desarrollo económico son el aumento de la producción y productividad percápita en las diferentes ramas económicas, y aumento del ingreso real-percápita, mejores niveles de educación y salud. Bajo ese enfoque de una dimensión dinámica, el desarrollo no es sólo un estado o situación, sino principalmente un proceso que implica una carrera autosostenida, que no sólo hace posible el dinamismo presente, sino también su continuidad en el futuro intergeneracional que abarca la sostenibilidad y preservación de los recursos naturales, el equilibrio medioambiental y mejoría en la calidad en el gasto en salud y educación.

En la actualidad en el marco del desarrollo económico, se ha ponderado y aceptado el desarrollo humano ya que este está muy vinculado con el individuo, es decir, que en la medida en que se tomen como prioridades la producción, la productividad y el empleo, además de un adecuado sistema de redistribución de los ingresos del Estado hacia quienes tienen menores ingresos. Por tanto, lo que se entiende es que fortaleciendo los sistemas de seguridad social, servicios básicos, salud y educación; los individuos y la población en general tendrán un mayor beneficio y asistencia por parte del Estado, y por consecuencia desarrollo y bienestar.

En ese contexto, los principales puntos de interés surgen de la relación entre la salud y el desarrollo económico, lo cual se evidencia cuando se examinan el estado de la salud en áreas de altos rangos de mortalidad y su relación con el desarrollo económico. Esto es más relevante bajos los argumentos de que la salud debe ser considerada un bien público, y por tanto, todas las personas deben tener acceso a ella, lo que obliga al Estado a plantear la salud como elemento fundamental en el desarrollo económico ya que la misma es un bien tutelar, o sea, que el Estado debe garantizar su provisión.

Los objetivos de alcanzar el desarrollo económico necesariamente deben de contemplar como prioridad la existencia de políticas sanitarias fundamentadas a nivel de gestión de centros hospitalarios y una gestión pública, ambas necesariamente deben ser impulsadas con un racional presupuesto público en salud. Pues el desarrollo económico y el bienestar solo son posibles lograse si los individuos disfrutan de una buena salud que le permita ser parte integral del proceso productivo orientado a generar riqueza.

La economía ha logrado desarrollar la rama de la economía de la salud la cual ayuda a tomar decisiones relacionadas con la intervención del Estado en la prevención, erradicación de enfermedades y eficiencia de los recursos financieros empleados. Pero resulta que la salud es fruto de los cuidados que el Estado dispensa a los miembros de la sociedad para que estos puedan gozar de una buena calidad de vida, lo que sugiere orientar mejor el gasto en salud, lo cual directamente se expresara en la calidad de los indicadores sociales, sin perjuicio del mercado de los servicios de salud y de los fármacos.

El autor es economista

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