Danilo quiere manos libres

La Ley de Presupuesto es la más burlada de las legislaciones nacionales. Únicamente sirve para exponer lo que se debería hacer, pero nada sanciona lo que no se hace. Los gobiernos la torean sin capa ni espada. Hacen cada quite para desviar los fondos sin que aplausos vengan de las tribunas legislativas. Las partidas del Presupuesto están truqueadas y siempre resultará insuficiente porque para algunas áreas privilegiadas, demasiado es poco.

Este marco de distribución del erario carece de la fuerza para sancionar las violaciones que se cometen cada año, pero ahora parece que la maldad va más allá. A los constructores del gasto anual parece que en esta ocasión se les fue la mano. Quieren suplantar al Congreso para actuar con mano libre.

Sabido es que el gobierno está empeñado hasta las cejas. Le debe oro hasta al moro, pero sigue pidiendo aquí y allá para cubrir su compulsión de gastar. Si se confecciona una sábana con los acreedores arroparemos el país con una colcha de retacitos y los bonos están arrimando sus cobradores para fecha próxima.

Muchas marcas favorables no tienen la administración de Danilo Medina, pero en eso de coger prestado no tienen límites. Este gobierno ha incurrido en la mayor deuda externa en la historia política nacional.

Y falta mambo. Solamente anteayer pidió y recibió mil millones de dólares para destinarlo al barril sin fondo que se llama la CDEEE. ¿Mil millones de dólares más? ¡Ay mi madre! Pero sin ningún rubor confeccionan una suplantación de las funciones legislativas.

El artículo 59 del proyecto de Ley de Presupuesto General del Estado para el año 2019 autorizaría al Poder Ejecutivo a vender acciones de bienes del Estado por hasta un monto de un 10 por ciento de la deuda del sector público no financiero.

Estamos asistiendo a una suplantación de los roles, porque además, como parte del artículo 59 del Presupuesto, se otorgaría al Ministerio de Hacienda realizar modificaciones presupuestarias cuando se efectúen algunas de las operaciones previstas en el citado artículo.

No es que el Congreso dominicano sirva de valladar a las apetencias de Danilo Medina, pero ya ni siquiera se guardan las formas. Quieren gobernar desde el Palacio Nacional con todos los poderes. Es otra muestra de que la reelección conduce a la dictadura.

Lilís empeñó las Aduanas y Danilo venderá el malecón, llegará a Refidomsa y seguirá hasta Punta Catalina.