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Inexplicable situación de la salud

Mediante la Ley 15-08 del mismo año, el gobierno dominicano otorgó el marco de legitimidad a la administración pública aprobando la Ley General de Presupuesto, con ingresos estimados iguales a doscientos cuarenta y nueve mil seiscientos catorce millones seiscientos cinco mil ochocientos noventa y cinco mil pesos (RD$249,614,605,895.00) junto a una proyección de gastos igual que doscientos cincuenta y nueve mil setecientos ochenta y dos millones quinientos noventa y tres mil seiscientos ochenta y un pesos (RD$259,782,593,681.00).

En la misma Ley se asignaron a la entonces Secretaría de Estado de Salud Pública veintiséis mil novecientos dos millones ciento sesenta y seis mil setecientos sesenta y dos pesos (RD$26,902,166,762.00) que, en términos porcentuales, equivalían al 10.35% del monto total de ese presupuesto del gobierno y al 1.75% del PIB de ese año, equivalente a 1 billón 576,16 millones de pesos, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas.

Como se puede apreciar, era un presupuesto muy bajo. Sin embargo, al consultar el histórico de los boletines epidemiológicos de entonces, específicamente el de la semana 53, correspondiente al 28 de diciembre del 2008 al 03 de enero del 2009, notamos una situación nacional de salud que, comparada con los resultados actuales, motiva a formular preguntas.

En tal boletín, espejo del desenvolvimiento de una gestión nacional de salud pública que, nominalmente, derivó de un PIB que fue 1.29 veces inferior que el del 2017 y 1.49 veces menos que el del actual 2018, notamos de inmediato el paso de la asignación presupuestaria a Salud Pública, también nominalmente, de RD$26 902.1 millones a RD$78 381.4 millones, lo que parecería ser casi el doble (1.91 vez más) que aquél, si hiciéramos abstracción de la situación de franco deterioro de la capacidad adquisitiva del signo monetario nacional, derivada tanto de su correlación ante las monedas extranjeras como ante el mercado mismo, ilustrado en la varianza desde entonces verificada en el Índice de Precios al Consumidor (IPC). En esos términos nominales y frente al total del Presupuesto del Gobierno, la asignación financiera a Salud Pública ha sido el 10.36%, 12.15%, 11.36% y 10.52% de los presupuestos correspondientes a años 2008, 2017, 2018 y 2019, respectivamente. En tanto, ante el PIB de los años 2008, 2017 y 2018 se ha proyectado como el 1.71%, 2.10% y 2%, respectivamente, con el aclarando de que esta última cifra es aproximada y resulta de una proyección que duplica el PIB nacional logrado de enero a junio, 2018, partiendo de cifras de la Oficina Nacional de Estadísticas.

En ese lapso, la población nacional pasó 9. 28 millones de personas a 10. 36 millones, según la misma entidad, experimentando un crecimiento igual al 11.62% en el período.

Significa que de un “gasto público en salud” (medido por la asignación a Salud Pública) el gobierno pasó, nominalmente, de RD$ 26 902.2 millones en el 2008 a RD$ 78 381.4 millones (+1.63 veces) en el 2018 y prevé pasar a RD$81 261.6 millones en el 2019 (según lo presupuesto para ese año), con lo cual crecerá nominalmente 7 centésimas para colocarse en +1.71% por encima de lo recibido en el 2008.

Es un crecimiento lento. Aún así, en él podemos apreciar que, en comparación con el crecimiento poblacional (+11.62%), la asignación a Salud Pública ha crecido, desde el 2008, en +163.36% y que será +170.61% en el 2019. Del 2008 a hoy, ¿el signo monetario ha perdido valor en esa misma proporción? Sabemos que ha perdido valor, aproximándose al 50%, pero no al 163%. Lo ha hecho en un tercio del nivel porcentual de incremento de un gasto público en salud tomado como asignación presupuestaria a Salud Pública.

Esto refiere sólo lo relativo a la cartera pública de salud. En este ejercicio no agrega la friolera de las dispersiones del SDSS hacia el Seguro Familiar de Salud. Sus montos son iguales al 45.58%, 57.10% y 63.47% de los presupuestos de Salud Pública correspondientes a los años 2008, 2017 y 2019, respectivamente.

Bajo esas correspondencias porcentuales no es posible verificar a simple vista que el sistema de salud adscrito a la seguridad social haya aumentado su participación anual y nominalmente ócomo lo ha hechoó, en niveles de 1.53 y 3.06 veces más en 2017 y 2018, respectivamente, respecto al año 2008.

De modo que aquí tenemos evidencias econométricas de una clara disfunción entre economía de la salud y resultados de la salud en la República Dominicana. Hay más cuartos en el sistema que en el 2008 pero los resultados cualitativos obtenidos en algunos indicadores no se corresponden con ese flujo de caja y mejoría del sector.

Esto nos habla de disfunción como el resultado de un sistema que no presenta un desenvolvimiento en correspondencia con sus determinantes econométricos. Al contrario, la salud pareciera vivir un desfase, un claro rompimiento de carácter inversamente proporcional a los fines del Estado derivados de los niveles de financiamiento público de la salud.

¿Por qué con el presupuesto del 2008 el sistema logró reducir la Mortalidad Infantil en 25%, llevándola de 3,267 casos en el 2006 a 2,448 en 2008, en tanto este indicador en el 2017 aumenta 36 y 382 casos, en el 2017 y el 2018, respectivamente y con relación al año 2008, hasta ser 13.21 veces más que la tasa de variación (crecimiento) poblacional proyectada por la Oficina Nacional de Estadísticas para el país para este año 2018?

Sobre este tema volveremos próximamente.

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