DICIENDO “LO QUE OTROS CALLAN”
Respeto a la Constitución, aunque sea un pedazo de papel...
No fue el presidente Joaquín Balaguer Ricardo quien primero dijo y calificó a la Constitución como un pedazo de papel tal como algunos han querido atribuirle. El doctor Balaguer sólo fue el que popularizó esta frase en República Dominicana. Este adjetivo fue usado en múltiples ocasiones por el viejo zorro con el objetivo de justificar las violaciones e incumplimientos a los límites constitucionales de la reelección presidencial para evitar los regímenes absolutistas. Ese discurso y posición le permitió gobernar la nación por 22 años de forma interrumpida en los períodos 1966-1978 y 1986-1996, y si José Francisco Peña Gómez no se pone fuerte después del fraude que le hizo en 1994, hubiese seguido gobernando más allá del 1996.
El escritor, político, economista, abogado y filósofo, Ferdinand Lasalle, tampoco es el autor de la expresión, él sí se refirió a ella en una conferencia pronunciada en abril de 1862 ante súbditos berlineses, y allí Lasalle explicó lo que era una Constitución para él desde su punto de vista y dijo: “La verdadera Constitución de un país sólo reside en los factores reales y efectivos de poder que los rigen, y las constituciones escritas no tienen valor, ni son duraderas mas que cuando dan expresión fiel a los componentes de poder imperantes en la realidad social. El rey en la monarquía, la nobleza en la aristocracia, los caballeros e industriales en la sociedad burguesa, los banqueros, la conciencia colectiva, la cultura general, la pequeña burguesía y la clase obrera, son cada uno de ellos, un fragmento de Constitución. Hasta tanto no se expresen esos elementos en una Constitución escrita, ésta no dejará de ser un simple pedazo de papel”. Las constituciones dominicanas, desde la primera del 6 de noviembre de 1844 hasta la de Quirino del 13 de junio de 2015, todas han carecido de esa esencia.
Quien primero se refirió en esos términos de que la Constitución es un pedazo de papel, fue el Rey masón Federico II, mejor conocido como Federico el Grande (Rey de Prusia), quien gobernó ese reino por 44 años desde 1740 hasta 1784. Federico calificó la Carta Magna de esta manera cuando dijo: “La Constitución de los pueblos no es más que un pedazo de papel, que muchas veces interviene en la relación entre gobernantes y gobernados, pero que sin embargo es imprescindible para la construcción de un Estado organizado”. El monarca tenía razón, claro, siempre y cuando no aparezcan hombres dispuestos a defenderla, porque lo que vale en cada momento histórico no son las instituciones, sino los hombres.
El doctor Joaquín Balaguer, quien para la época era uno de los políticos dominicanos más taimados y sagaz, pero se vio presionado y se despachó con esa infeliz declaración en medio del reclamo de importantes sectores de la vida nacional quienes les exigían que respetara la Carta Magna. Fue ahí cuando el líder político señaló que la Constitución era un pedazo de papel, pero no sólo el gobernante Balaguer pensaba de esa manera con relación a nuestra carta sustantiva, sino también Hipólito Mejía y Leonel Fernández debido a que ambos la modificaron para provecho personal en el 2002 y 2010, aunque Leonel guardó la forma. El presidente Danilo Medina Sánchez piensa y actúa igual, muestra de eso fue la modificación que le hizo en el 2015 para reelegirse en el 2016 y los planes que hay desde ya para modificarla de nuevo y eliminar el transitorio del artículo 124 que le impide presentarse como candidato presidencial en el 2020.
Es decepcionante saber que nuestra Constitución ha sido modificada en 39 ocasiones, y la mayoría de ellas han sido motivadas por el tema de la reelección presidencial, para satisfacer apetencias continuistas del presidente de turno, lo que demuestra el escaso progreso democrático e institucional de la República Dominicana, puesto que una carta constitucional modificada tantas veces a voluntad de los gobernantes del momento para su provecho personal, económico, político y deseo de continuidad en el poder, no ha sido más que eso, un pedazo de papel que sólo sirve para ir al baño y usarla para lo que ya ustedes sabenÖ
Es predecible saber que si el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y los ministros reeleccionistas se embarcan en una “aventura” de modificar la Constitución dominicana, única y exclusivamente para facilitar una segunda reelección del presidente Danilo Medina, eso provocará una crisis que podría causar el derrumbe total del orden democrático. Cuando no se respeta la Constitución se abren las puertas al caos, el desorden, la anarquía y el abuso de poder, por ende, a la ingobernabilidad. La violación grosera de la Constitución de la República nos llevó a las dictaduras de Pedro Santana, Buenaventura Báez, Ulises Heureaux (Lilís), Horacio Vásquez y Rafael Leónidas Trujillo. Las ambiciones desmedidas y el irrespeto a las normas legales e institucionales de ellos fue el detonante de la sanguinaria Guerra de Abril de 1965, que tiñó de sangre nuestra nación, ojalá que cosas semejantes a estas jamás se vuelvan a repetir en nuestro paísÖ
¡Que Dios nos agarre confesados!