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¿Qué vamos a hacer en Marruecos?

Presidiendo una delegación de alto nivel del Parlacen, en mi condición de Presidente de ese alto organismo internacional, representación de seis Estados centroamericanos y del Caribe, invitado por el Reino de Marruecos, estaré Dios mediante, a partir de hoy martes en esa parcelación de palmeras, dromedarios, misterio y población, unificados en la diversidad para cambiar su destino en el trabajo, en las leyes, en la cultura, en la convivencia, en el lenguaje solidario de los pueblos. ¿A qué vamos a Marruecos? Vamos firmar un importante Acuerdo de Trabajo entre Marruecos y el Parlacen que establece como propuesta un Tratado de Libre Comercio de los Estados centroamericanos y Marruecos, consignando la tarea del Parlacen para tramitar a los diferentes países signatarios, la licitación aprobada en principio por nuestra institución y el Reino de Marruecos. Esta proposición reviste un carácter estratégico de capital importancia, rompe barreras, abre a nuestros países a nuevos procesos de apertura e integración económica. Discutido previamente por nuestros técnicos y economistas, llevaremos al Sistema de Integración Económica SICA, este documento de intencionalidad, para que sean los Presidentes de las naciones y la estructura funcional de la “Cumbre de mandatarios” quienes aborden el acuerdo sometido por nosotros. Vamos a Marruecos discutir un proyecto de creación de un referente orgánico, a nivel de cooperación y asistencia entre África y América Latina que coadyuve al acercamiento comercial positivo y a relaciones económicas y sociales de integración e intercambios. Todo esto bajo el módulo teórico de discusión “Sur sur”. Nos desconocemos e ignoramos por la falta de voluntad política para impulsar ideas que propicien un marco posible de desarrollo múltiple e intercambio cultural. Vamos a Marruecos a profundizar el marco de reciprocidad de las relaciones con Europa, Marruecos y nuestro continente, bajo el seguimiento de los tratados comerciales y las garantías mutuas de aprovechamiento de recursos y preservación de nuestras riquezas en el marco globalizador actual. Ya en Viena, hace algunas semanas, en la reunión de los parlamentarios europeos y latinoamericanos EUROLAT, en que fuimos elegidos como Vicepresidente a nivel mundial de ese importante organismo colegiado, abordamos las relaciones con Europa desde una perspectiva integracionista.

Nos recibirá el Jefe de Gobierno de Marruecos, Sr. Saad Eddine El Othmani, el Presidente de la Cámara de Representante, Sr. Habid El Malki, nos recibirá el Sr. Adbelkrim Bnouttio, Ministro delegado encargado de los marroquíes residentes en el extranjero y Asuntos migratorios, también el Sr. Nasser Bourita, Ministro de Asuntos Exteriores y Comercio Internacional, entre otras personalidades del Reino de Marruecos, con los cuales tendremos reuniones de trabajo. Marruecos es un puntal de lucha contra el terrorismo islámico y ha combatido ese mal de manera determinante, su sistema político es plural, participan diferentes organizaciones ideológicas, y ha ido liberalizando muchas de las tradicionales estructuras del Estado. Citamos como notas curiosas algunas de sus costumbres y hábitos: “Las costumbres de Marruecos pueden resultar muy curiosas en otras partes del mundo. Por ejemplo: si una turista occidental gusta de usar ropas ligeras tendrá que hacer una excepción cuando llegue a este país, y mucho más si intenta ingresar a una mezquita. Y como esta, otras muchas actitudes que conviene modular o adaptar cuando se visita el país. Una de las costumbres de Marruecos que gozan de mayor arraigo es la del consumo de té. Esta infusión se toma a todas horas y es común compartir la bebida con invitados, huéspedes e incluso con los visitantes de tiendas. Es una señal de hospitalidad aunque, por las altas temperaturas que hay en algunas zonas del país, también se hace para evitar la deshidratación. Esa hospitalidad se demuestra al compartir el té con extraños. Tanto en Marruecos como en el mundo árabe un huésped será siempre bien recibido, incluso aunque se trate de una persona que apenas se conoce, en ocasiones también se le invita a comer. Asimismo, a la hora de la comida alguien que no es de este país se sorprenderá ante la abundancia, por lo cual no será de mala educación dejar la comida en el plato. Y cuando el visitante es invitado a una cena de una familia marroquí deberá lavarse las manos y no deberá probar bocado alguno sin antes oír la oración que hará el dueño de la casa. En el África no sólo el desierto cubre su territorio, también existe el mar que baña sus costas. El Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico lo hacen en Marruecos, y gracias a ello la elección es más placentera, las playas de Marruecos por lo general están muy bien cuidadas y aptas para el tranquilo nado de las personas, aunque también existen otras opciones para los surfistas, playas con grandes olas. Las estadísticas no mienten, ellas dicen que en promedio, Marruecos cuenta con más de 400 playas en toda su costa y que de ellas el 90% son muy recomendables para su visita”.

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