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Presupuesto complementario para la salud

En tanto el Ministerio de Salud Pública detecta 178 casos sospechosos de malaria en Los Alcarrizos, Santo Domingo Oeste, de los cuales ha confirmado veinte, el gobierno informa que elabora un presupuesto complementario para dirigir las recaudaciones adicionales a las contempladas en La Ley de Presupuesto del año 2018 hacia las instituciones y programas que las circunstancias, las demandas sociales y el desarrollo nacional exigen y han marcado como perentorias y de urgente atención.

El presupuesto complementario, instituido por ley como correctiva necesaria y capacidad de respuesta estatal ante los imponderables y las demandas sociales, deviene en una herramienta para ajustar el desenvolvimiento de las acciones públicas y reorientar los recursos adicionalmente percibidos hacia aquellas necesidades que en un momento dado se presentan como impostergables, necesarias y justas.

Durante varias entregas de reflexiones documentadas hemos expuesto el paso regresivo de la inversión pública en salud desde el año 2015.

Los que gustan de frotarse las manos ante circunstancias apremiantes tendrían un poderoso argumento para ilustrar una supuesta falta de interés por la salud pública en el segundo período de gestión del Presidente Medina.

Sería una nota infamante en el prestigio a futuro de un mandatario que ha peinado y recorrido el territorio nacional detectando necesidades, deudas sociales para proceder a su satisfacción y compensación.

El argumento de un gobierno desinteresado en elevar el gasto público en salud sería un factor demasiado ilustrativo para argumentar una fatal y hórrida falta de interés por la salud colectiva y de los pobres durante el segundo mandato del Presidente Medina que sus colaboradores y admiradores no pueden tolerar ni propiciar.

De este modo y como hemos dicho previamente, el equipo que elabora el presupuesto del año 2019 está en el deber de proteger el prestigio a futuro del Presidente Medina y de su familia.

Al país le consta que desde el 2012 el gobierno se ha preocupado por la salud. En el año 2013-2014 realizó importantes transferencias hacia el sector, a través de SeNaSa, para sacar a esa entidad del inminente riesgo de colapso financiero en que se encontraba.

Hoy, la carga de ese colapso ha venido a caer sobre las posibilidades de respuesta del Servicio Nacional de Salud (SNS), conducido por un profesional de la economía y la gerencia pública que sin fondos suficientes no puede hacer magia para transformar los hospitales públicos en los centros de servicios de salud que, según palabras del Presidente Medina, el gobierno desea poner a competir con las clínicas privadas.

Chanel Rosa Chupani está atrapado en un dilema trágico, como lo estuvo la Dra. Altagracia Guzmán Marcelino y esperemos que no esté el actual Ministro de Salud, el doctor Rafael Sánchez Cárdenas: falta apremiante de recursos para realizar las tareas que en sus fueros internos anidan como las soluciones a los problemas urgentes de la salud nacional.

En conversaciones directas con el Presidente del Consejo Nacional de la Seguridad Social (CNSS) quien suscribe expresó que el gobierno no puede ser un Saturno que devora a sus mejores hijos.

Y, con anterioridad, en el 2015, cuando se hacía gran publicidad sobre la remodelación y construcción de hospitales, pedíamos que para otorgar méritos se observara la fuente de los fondos que iban hacia esas tareas.

Se vendió públicamente que todo era acción del Presidente porque la Oficina Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE) es dependencia directa del Ejecutivo.

Las informaciones publicadas por el Banco Central contribuyeron a desmentir tal argumento en tanto dieron a conocer una merma en la inversión pública en salud en los años 2016 y 2017.

La racionalidad política implica presuponer un diálogo social en el cual se reconoce inteligencia a los gobernados y a los demás actores políticos. Es la base del desarrollo de las teorías de juegos y de su aplicación al discurrir de los asuntos públicos.

Contrario a esta realidad, quienes elaboran el Presupuesto Nacional y lo llevan como propuesta terminada a un Presidente abrumado de responsabilidad y de trabajo parece que le han mentido. Sustraer fondos de la salud para orientarlos en quien sabe qué otras direcciones cuando la sociedad lo que pide es fortalecer el Sistema Dominicano de la Seguridad Social (SDSS), del cual dependen sus seguridades laboral, de salud, garantía ante los riesgos y accidentes, ante el desempleo y el desahucio.

Según ha informado el economista Luis Reyes Santos, viceministro y director general de Presupuesto, “El Presupuesto Complementario es un mandato de la Ley General de Presupuesto para incorporar ingresos extraordinarios que se hayan recibido durante el ejercicio o para cubrir y documentar gastos por encima de los presupuestados”. Una declaratoria de victoria fiscal. En palabras llanas, el gobierno reconoce que ha recaudado más de lo programado y que, en consecuencia, se dispone a asignar esos fondos complementariamente al Presupuesto previamente planteado en el lapso de hoy hasta el mes de noviembre.

El Presidente Medina está ante la oportunidad de instruir que tales fondos adicionales vayan a compensar la pérdida que en el año ha sufrido el Gasto Público en Salud, esto es en la Seguridad Social, un tema de primer orden y prioridad en el Contrato social gobierno-gobernados.

El Ministro de Salud Rafael Sánchez Cárdenas puede muy bien informar a la Dirección General de Presupuesto de las carencias y urgencias a cubrir en lo inmediato. También el señor Chanel Rosa Chupani.

Ante la ciudadanía está claro que la entidad de salud potencialmente beneficiaria de los fondos “complementarios” podría ser, por sus circunstancias actuales, el Servicio Nacional de Salud (SNS) y el propio Ministerio. En esas entidades hay verdaderas urgencias perentorias, de carácter primario, que no pueden esperar.

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