Temas complejos mal tratados
La creatividad popular acuñó una frase que se hizo famosa en tiempos de campaña política y aunque suena un tanto irónica, expresa el estado de quienes están en situaciones opuestas en los partidos políticos.
“Es mejor estar arriba con presión que abajo con depresión”.
Ese sería el mensaje que compensa los duro ataques que reciben los que, aun saboreando “las mieles del poder”, se sienten bajo presión.
Podemos enriquecer la ocurrencia emulando a Maquiavelo con su consigna de que “el fin justifica los medios”. Es decir, que no importa fantasear, mentir, engañar, y si es necesario llegar a mayores, para quedar en el lado de los que detentan el poder político.
Los que queremos abordar el tema de la política desde una perspectiva seria, responsable y realista debemos analizar las cosas en su justa dimensión para trazar una ruta que nos garantice crear riquezas mediante el uso de la inteligencia personal y colectiva.
En momentos en que necesitamos que este bello país siga avanzando debemos tener la cabeza fría en la búsqueda de soluciones, y eso quiere decir dejar de usar la demagogia y la mentira como señuelo para conseguir poder. Los ciudadanos se alinean con los políticos en base a resultados, importando poco las consignas, aunque estas puedan servir en las campañas electorales.
Quizás sea bueno darnos cuenta de cuáles son las opciones que tenemos como país, para avanzar en la ruta de la felicidad en tiempos de profundos cambios, en todos los órdenes y en todo el mundo.
Vamos al grano con parte de las cosas que los países desarrollados hace tiempo resolvieron y nosotros, como subdesarrollados aun cargamos.
Un tema de los mas socorridos y mal tratados, principalmente.
Cuando se es oposición política, es decir. que debemos eliminar las llamadas botellas en el Estado. Veamos lo que eso significa en la vida real de un país con altos niveles de pobreza y mucha inequidad en la distribución de las riquezas. Que significa que el Estado cargue con empleados o personas que cobran un cheque en la administración pública. Lo primero es darnos cuenta que la “botella” es más un RESULTADO que una CAUSA de nuestros graves problemas.
El fenómeno de las “botellas” es un factor común a los países llamados en vías de desarrollo y tiene que ver con la economía. Es el resultado que muestra que nuestra estructura económica no genera los suficientes empleos productivos para la población.
Supongamos que el Gobierno de turno decide cancelar todas las botellas. Qué efecto tendrá de inmediato esa decisión. Impredecible, pero de entrada podemos decir que no sería bueno para la economía. Aun y admitiendo que muchos de esos recursos puedan estar llegando a las manos equivocadas. ¿Qué tiempo les tomó a las naciones hoy desarrolladas, convertirse en países modernos, de pleno empleo limpio y productivo y sin botellas?
Solo la politiquería, la ignorancia y el oportunismo usan alegremente el tema dejando de lado lo principal que es la productividad de la sociedad como un conjunto.
Si hoy despidiéramos a las miles de personas que reciben un cheque o son empleados que sobrecargan la nómina, estaríamos generando otros problemas quizás más grande que las botellas.
Me atrevo a decir que si se anulan las llamadas botellas, las primeras de éstas que saldrían a las calles, con sus tanques y fusiles a reclamar revertir la medida, son los miembros de unas Fuerzas Armadas, hijas de la Guerra Fría.
A “ojo de buen cubero” lo que necesitamos como país es una guardia de frontera y una policía moderna y bien pagada. Costa Rica tiene más vecinos que Republica Dominicana y no tiene las fuerzas armadas que tenemos nosotros. Es decir que pueden ser clasificadas como botellas si apelamos a costo beneficio.
Los problemas de países subdesarrollados no son tan simples como atribuirlos a tener botellas en el aparato estatal. No quiere decir que efectivamente no se deba resolver el problema, pero requiere un plan integral que no deje espacio para la demagogia en tiempos de campaña.
El problema de la delincuencia común está también asociado a nuestro retraso económico, el cual debe ser abordado con responsabilidad y rapidez.
Debemos tener en cuenta que la Revolución Tecnológica puede dejarnos fuera de las apuestas, como nos dejó la Revolución Industrial, por haber llegado tarde.