El interés nacional dominicano en el Consejo de Seguridad

Formar las Naciones Unidas fue un triunfo del idealismo sobre el realismo -una paz permanente, auspiciada por cinco poderes regionales cedió ante la realidad del interés nacional de cada uno. La “paz permanente” fue seguida por una Guerra Fría, las guerras en Corea y Vietnam, la Guerra civil China y la invasión del Tíbet, el Génesis de Israel y las invasiones árabes, episodios de represión civil en Hungría y Checoslovaquia, guerras poscoloniales entre la India y Pakistán y las regiones del continente africano, y la proliferación de armas nucleares a nueve países, todos posibilitando el fin de la humanidad. El interés nacional no dejó de ser importante, ni tampoco la paz fue permanente.

Tras caer el muro, la Pax Americana y su (pos)moderno deterioro inaugura una nueva etapa en la historia mundial. El Realismo ha triunfado pese a las limitantes impuestas por instituciones internacionales y sus reglas idealistas -dondequiera que miremos en el mundo, el interés nacional sobrepasa los ideales de la comunidad internacional.

República Dominicana, un pequeño país isleño, tiene interés (algunos dirían realista) en mantener fuerte el orden “liberal” internacional. La agenda del consejo enumera conflictos donde las potencias tienen intereses geopolíticos menos teóricos que el dominicano. Izar la bandera por los Derechos Humanos y la paz mundial nos será muy fácil en esas circunstancias: no tiene costo alguno para el país apelar a los más altos ideales de la comunidad internacional, en la casi-totalidad de los casos.

Veamos un caso donde sí existe una diferencia entre la posición Dominicana y el ajuar internacionalista. Partiendo del fallo sobre la ciudadanía de Juliana Deguis Pierre, el interés nacional dominicano se vio mermado por una campaña internacional contra el prestigio del país y sus fuentes de ingresos. Bill de Blasio, el actual alcalde de NY -ciudad donde ejercerá nuestra delegación al Consejo de Seguridad- desató un boicot turístico al país y a contracomprar nuestras exportaciones, uno de muchos ejemplos donde se vió afectada la nación.

De los problemas que acontecen en el mundo, sólo la migración afecta al país al mismo tiempo que una mayoría de miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Tenemos una voz inigualable para tratar el tema: Hemos perdido millones de ciudadanos educados y multilingües, como también nos beneficia la entrada de talentosos profesionales latinoamericanos y jubilados europeos. Somos país de origen de emigrantes y destino de inmigrantes, como también país de tránsito para migrantes de otros países que siguen hacia otros paraderos. Érase una vez, hasta acogimos a refugiados judíos huyendo la Alemania nazi, un hito histórico que nos honra. La migración es un tema de seguridad e interés nacional para la República Dominicana y los otros miembros del Consejo -de las pocas cosas que tienen en común todos los países representados. Este Gobierno manejó bien la crisis política y mediática que surgió del caso Deguis Pierre. No debe desperdiciar la oportunidad de hacer lo que nunca se ha hecho, empujando el interés dominicano para reformar el sistema de protección de refugiados -todos estamos de acuerdo, peca de idealista.

El autor es egresado de la Universidad de las Naciones Unidas, donde se especializó en política migratoria. Fue consultor técnico para la campaña de Donald Trump y asesoró en política exterior y defensa al proyecto de transición, incluyendo a la actual embajadora Americana ante la ONU, Nikki Haley.

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