Opinión

PANCARTA

¿Y quién es Almagro? ¿Qué hace? ¿Qué trae?

Raúl Pérez Peña (Bacho)Santo Domingo

(Segunda entrega) De Pepe Mujica a Luis Almagro: “Lamento el rumbo por el que enfilaste y lo sé irreversible, por eso ahora formalmente te digo adiós y me despido”.

Contadas líneas limitan mis artículos en longitud, debiendo abreviar el sábado la gama de asesinatos de la Operación Cóndor, sin abordar la invasión norteamericana a Panamá (20 de diciembre 1989), perpetrada por más de 25,000 soldados, causando miles de muertes y siniestros en barrios populares.

Esto lo rememoré así: “Quien escribe vivió la invasión yanqui a Panamá, recorriendo calles y barrios, reportando para el diario Excélsior de México, publicando también en el vespertino El Nacional, dominicano”.

Conocer el intervencionismo “Made in USA”, es esencial para dimensionar el servicio lacayuno en la OEA, con misiones precisas como las confesadas por Almagro en su discurso y sus viajes injerencistas, como su avisada visita al país.

Con su estilo crítico peculiar, la colega periodista Lillian Oviedo leyó la pancarta publicada y opinó así. “Cierto. La visita de Almagro solo puede agradar a los serviles confesos y a los entreguistas con careta. Luis Almagro está claramente identificado con la derecha latinoamericana y con el proyecto imperialista para la región. ¿Dónde está el honor de recibir a un lacayo?”

Cuando Eduardo Galeano puso el dedo en la llaga sangrante de las venas abiertas de América Latina, se adelantaba al actual activismo de Almagro.

En la misma línea se enmarca el aporte de Pepe Mujica al enfocar el alineamiento de Almagro, cerrando filas con Estados Unidos para cercar a Venezuela en la OEA.

No bastó el cúmulo de facilidades de Venezuela, vía Petrocaribe, para facilitar el crudo a nuestro país en inigualables condiciones. Se sucedieron las denuncias de alto volumen y multimillonarios negocios. El quehacer de Almagro siguiendo instrucciones de Washington contra Venezuela, incluye a República Dominicana en la ruta crítica, como quedó evidente en la reciente cita de la OEA. No sorprende la entrada del Parlacen al escenario.

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