Para crecer en la fe

En la segunda carta del apóstol Pedro (1, 1-17) llama a los que por la justicia de Dios y Salvador Jesucristo nos ha cabido la “suerte” de una fe tan excelsa, que hace crecer la gracia y paz por el conocimiento que tenemos de Dios y de Jesús.

Apoyándonos en su divino poder nos ha brindado la oportunidad para que disfrutemos de una vida plena y de piedad, permitiendo conocer a aquel que nos ha llamado con su gloria pronunciando nuestro nombre.

De esta manera nos ha concedido inapreciables y extraordinarios bienes cumpliendo así su promesa que con ellos escaparíamos de la corrupción que campea en el mundo por la ambición desmedida.

El apóstol Pedro invita a participar del mismo ser de Dios, poniendo todo nuestro empeño en añadir a su fe honradez, a la honradez el criterio, al criterio el dominio propio, al dominio propio la constancia, a la constancia la piedad, a la piedad el cariño fraterno, al cariño fraterno el amor.

En este itinerario que se describe se encuentra el secreto para crecer en la fe asumiendo la gracia y paz que hemos recibido desde lo alto inmerecidamente.