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Los intereses por el control en la violencia de género

Cuando el procurador Jean Alain Rodríguez presentó en República Dominicana el Plan Nacional contra la Violencia de Género, en noviembre de 2017, una sorpresa saltó a la vista de todos. La mayoría de las 22 acciones anunciadas no habían registrado por décadas resultados tangibles. El fracaso se evidenciaba cada año con el incremento de los feminicidios y otras angustiosas manifestaciones de maltrato a la mujer.

Pero qué se buscaba realmente con el nuevo plan, si ya la propia Procuraduría había naufragado un año antes, cuando el 3 de noviembre de 2016 lanzó un plan de acción integral en todos los frentes con ese mismo propósito. Y que igual experiencia negativa experimentó la institución el 1 de noviembre de 2012 con su campaña “Promesa de hombre”.

El anuncio del procurador Rodríguez coincidía también con el aborto sucesivo de numerosos programas diseñados por otras dependencias estatales desde 2008. Por ejemplo, el Ministerio de la Mujer inició “Vivamos en paz, de igual a igual”, el 18 de noviembre de ese año. Al frente salieron también en esta lucha el Ministerio de Educación y la Cámara de Diputados en 2011 con su llamado: “Que el lazo blanco identifique tu apoyo a la no violencia contra la mujer”.

El Ministerio de la Mujer, otra vez, pero en 2011, lanzó una nueva campaña: “Únete para poner fin a la violencia contra las mujeres”. Y como para no quedarse atrás, el Despacho de la Primera Dama se subió a la ola, al acuñar el lema: “Si me quieres, no me dañes”, el 12 de noviembre de 2015.

Si observamos bien, todos estos planes tienen de denominador común a noviembre. Es como ponerse a la moda. Mejor dicho en buen dominicano, “donde el capitán me vea”. Recordemos que el 25 de ese mes, cada año, se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer o Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer, instituido por las Naciones Unidas en conmemoración al asesinato de las tres hermanas Mirabal (Patria, Minerva y María Teresa), durante la tiranía de Rafael L. Trujillo en República Dominicana.

Pero volvamos al plan del procurador Rodríguez. ¿Qué ha pasado en estos cinco meses? Vamos por parte: dos días después de su anuncio, el gobierno sometió al Congreso Nacional, el 2 de noviembre de 2017, el proyecto Ciudad de la Mujer, para ser construido con fondos del Presupuesto de este año. Ese mes, el día 22, el procurador no se durmió en sus laureles y convocó a un debate con expertos nacionales y extranjeros, para debatir de una forma integral el tema de la no violencia contra la mujer y garantizar la reducción de los feminicidios, que cada año rondan el centenar.

El plan continuó este año con un programa de instalación de unidades de atención integral a víctimas de violencia de género en todas las regiones del país y el endurecimiento del mecanismo de las órdenes de alejamiento establecido en la ley 24-97, como parte de las medidas de seguridad a las víctimas.

No obstante, como en todos los planes ejecutados contra la violencia de género el país desconoce el monto de los presupuestos y el origen de los recursos que los sustentan, ha llamado la atención y comienza a crear una nebulosa en sectores relacionados, el enfrentamiento que protagonizan la Procuraduría y el Ministerio de la Mujer.

La opinión pública ha sido advertida de la situación a raíz de un proyecto de ley del senador peledeísta Félix Bautista, que es refrendado por el magistrado Rodríguez. Según ha trascendido, la pieza legislativa, que se desconoce aún si forma parte del Plan Nacional anunciado en noviembre del año pasado, despoja al Ministerio de la Mujer de las competencias legales sobre proyección de la violencia de género, para traspasarlas a la Procuraduría.

El país merece una explicación. ¡Qué pasó ahí! Qué hay de nuevo en el Plan Nacional contra la Violencia de Género.