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Idea de un bloque opositor se coloca contra el tiempo

La historia de los procesos electorales en República Dominicana ha estado matizada en los últimos 60 años, por la formación de bloques de partidos políticos. En ese período la oposición registró la peor parte. De ahí que apenas tres organizaciones hayan logrado el triunfo y solo siete de sus líderes ascendido a la presidencia de la República.

El ejemplo más reciente lo encontramos en las elecciones de 2016. El presidente Danilo Medina, candidato a la reelección por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), que obtuvo alrededor de 62 % de los votos, mantuvo compacto el Bloque Progresista integrado por 12 partidos minoritarios, y además se agenció el apoyo de la otrora maquinaria electoral, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD).

Mientras el novel Partido Revolucionario Moderno, fundado un año antes como consecuencia de la división del PRD, se sumó con su candidato Luis Abinader a la conformación del Bloque Convergencia para un Mejor País, para enfrentar el oficialismo. Solo otras tres organizaciones minoritarias se aventuraron en medio de una maraña de amarres congresionales y municipales a la que luego se integraría el erosionado Partido Reformista Social Cristiano (PRSC).

La verdad es que el atractivo por las alianzas se remontan a las elecciones de 1962, en pleno fervor del pueblo dominicano tras la caída de la tiranía de Rafael L. Trujillo. El PRD y su triunfante candidato, el profesor Juan Bosch, se aliaron a los partidos Vanguardia Revolucionaria Dominicana y al Partido Nacional.

En tanto que Joaquín Balaguer, que gobernó 22 años no consecutivos como candidato del Partido Reformista, siempre se la agenció para mantener girando en su órbita una constelación de minúsculos partidos, que en muchos procesos marcaron la diferencia.

Pero no hay lugar a dudas que las grandes repercusiones sobre las alianzas fueron marcadas por el Acuerdo de Santiago en 1974, liderada por el PRD de José Francisco Peña Gómez y su candidato Antonio Guzmán. Llamó la atención que la integraran además el derechista Partido Quiqueyano Demócrata (PQD), del general Elías Wessin y Wessin, y el comunista Movimiento Popular Dominicano (MPD). La represión militar del gobierno de Balaguer obligó su retiro de las elecciones.

Ese mismo año se formó el Bloque de La Dignidad Nacional, con Bosch a la cabeza, que ya había abandonado el PRD y fundado el PLD. Se sumaron numerosos grupos de la izquierda, excepto el Partido Comunista Dominicano (PCD). Pero esta alianza fue de corta duración y se desintegró el 17 de marzo de 1974 tras un mitin en el Puente de la 17.

También se recuerda el papel que jugó el Acuerdo de Santo Domingo, encabezado por el PRD y Peña Gómez, que perdió las accidentadas elecciones de 1994 a manos de Balaguer. También fue derrotado en los comicios de 1996, en una segunda elección, luego que el PRSC y Balaguer apoyaran la candidatura de Leonel Fernández y el PLD, tras conformar el Frente Patriótico.

En las elecciones del 2000 el PRD y los reductos del Acuerdo de Santo Domingo dieron la victoria a Hipólito Mejía. Pero cuatro años después la mayoría de esas pequeñas organizaciones cerraría filas con Fernández y el PLD. Desde entonces el Bloque Progresista no ha perdido unas elecciones, pese a la Alianza Rosada (PRD y PRSC), en las congresionales y municipales de 2006.

Ahora, la integración del Bloque Opositor, surgido tras la reelección del presidente Medina en las elecciones de 2016, está contra el tiempo. Si realmente estas organizaciones , de los más variados pensamientos y colores, se proponen desplazar del poder al PLD y el Bloque Progresistas no será limitándose a encuentros protocolares y ruedas de prensa.

Los mensajes que envían a la población es de que al final del camino la táctica se tragará la estrategia. Que como siempre primará en la mayoría de los partidos de la oposición la arritmia política exhibida desde sus orígenes, el vanguardismo y la desconexión de las expectativas del pueblo. Y que se reunirían ¡Otra vez! A llorar sus penas después de las complejas elecciones de 2020.