Opinión

FUERA DE CÁMARA

La “grandura” de Pepín

Pepín Corripio es uno de nuestros más exitosos empresarios.

Comenzó en su trabajo de hormiga en el negocio de su padre, la Distribuidora Corripio, pero pronto su intuición para los negocios lo orientaron a independizarse y a poner en marcha una extensa variedad de emprendimientos.

Negocios en los que otros fracasaban, Pepín Corripio triunfaba, como fruto de sus métodos de trabajo, de su incansable dedicación y de su insaciable capacidad para aprender.

Su percepción para identificar oportunidades de negocios es proverbial. Recuerdo, como botón de muestra, la historia que me hizo en una entrevista para la televisión sobre la motivación que lo llevó a iniciar el negocio de venta de gas propano.

Me dijo que durante la Revolución de Abril de 1965, como la Distribuidora Corripio no podía operar porque sus instalaciones estaban en una zona de conflicto, hubo que cerrarla, y caminando calle arriba y calle abajo por la ciudad llamaron su atención unas camionetitas que no dejaban de circular de un punto a otro, mañana, tarde y noche.

Esas camionetas eran de empresas que vendían tanques de gas propano a hogares y empresas.

Su reflexión --la reflexión del astuto observador que es Pepín Corripio-- fue: Este negocio del gas propano es, ahora, mejor que el mío. Mi negocio está cerrado, y este del gas propano ni siquiera un conflicto armado lo detiene.

Se hizo, entonces, el propósito de involucrarse en esa actividad comercial. Así surgió Gas Pepín…

… Emprendedor inagotable Los ejemplos de otros emprendimientos empresariales de Pepín Corripio son muchos. Las evidencias son visibles en el mundo dominicano de los negocios, en donde la presencia de Pepín es más que notable.

Hoy sus empresas se cuentan por decenas -solo Pepín sabe cuántas son-. De igual modo, Pepín Corripio sabe que él es un hombre rico, muy rico, pero quizás en una magnitud que ni él mismo sabe, en un momento dado, el monto real de su riqueza.

Pero, como alguien ha dicho: La riqueza no es sinónimo de grandeza.

La grandeza proviene de lo que alguien haga en beneficio, en favor del mejoramiento de las vidas de otros. Es lo que pasa con los soldados, a los que se les distingue con medallas y reconocimientos de honor, quienes poniendo en peligro sus propias vidas en el campo de batalla, se dedican a salvar las vidas de otros.

… Un paso a la grandeza Pepín Corripio acaba de dar un paso hacia la grandeza.

Lo hizo en forma visible, en un acto público, pero con palabras y gestos de una gran humildad.

Donó 100 millones de pesos-- quiero subrayar el número, por su dimensión: 100 millones de pesos, de su propio bolsillo--, con el objetivo puesto en mejorar las vidas de otros. Fue un dinero, donado a razón de un millón de pesos a cada una de cien instituciones sin fines de lucro dedicadas en toda la geografía nacional al servicio de miles de dominicanos de los menos favorecidos de nuestra sociedad.

Pepín ni siquiera ha calificado su acto filantrópico como una donación. Lo que ha dicho es que fue “un retorno de buena voluntad a la sociedad dominicana”, y como “un testimonio de agradecimiento al país y al pueblo dominicano” por la acogida que le dio desde el momento en que la familia Corripio se estableció en la República Dominicana, hace ya un siglo.

Para mí, una persona que dona 100 millones de pesos para el mejoramiento de las vidas de otros, como ha hecho Pepín Corripio en nombre de su distinguida familia, merece nuestro elogio y nuestra admiración.

Pepín es, definitivamente, un orgullo nacional, de la sociedad dominicana: de su esposa, doña Ana María Alonso; de sus hijos, Manuel, José Alfredo, Lucía y Ana; de sus nietos y del resto de su descendencia por llegar…

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