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El merengue: patrimonio ignorado

El merengue, ritmo que es marca país y que ahora es patrimonio intangible de la humanidad, también es patrimonio ignorado por la radio del país. Es la música que menos suena. Ni siquiera los merengues del megaestrella Juan Luis Guerra, a pesar de su excelencia musical, tienen cabida en las estaciones del país.

Salvo una o dos emisoras de la capital que de cuando en cuando insertan esta música en su programación regular, la gran mayoría de las estaciones radiales locales estructuran su programación en base a otro tipo de música y contenido.

Parece que la música de calle y todos esos ritmos exóticos que promueven el ruido, el mal gusto, la bazofi a, los insultos y malos hábitos, se han encargado de silenciar nuestro merengue.

Con el tiempo, y de continuar este alocado fenómeno, corremos el riesgo de perder una de las pocas expresiones culturales vernáculas que nos quedan y ello provocará que las futuras generaciones se desconecten totalmente de estos ritmos que llevan su identidad.

La industrialización de la música no puede hacer desaparecer los patrimonios culturales de los pueblos.

Los radiodifusores del país deberían dedicar al merengue un porcentaje de la música que difunden.

Si bien es cierto que ellos deben fomentar negocios desde sus empresas y priorizar con los ritmos que más seguidores tienen en la población para así elevar su rating, no es menos cierto que también tienen el deber nacionalista de darle participación a nuestra música. A uno de los pocos valores culturales que nos quedan.

Los ritmos tienen vigencia en función de su permanencia como expresión musical del pueblo.

Abogamos porque se le dé más participación radial a los grupos nacionales que interpretan merengues.

Simpatizamos con la idea de proteger nuestra música. Debemos darle prioridad a lo nuestro. La misma que le dan los bailadores cuando en una fi esta suena un merengue y la gente se entusiasma y lo baila con inusitado fervor.

Finalmente, abogamos también porque el papel de los merengueros nacionales sea más constante y activo en términos de defensa a la música que le da sentido a su oficio.

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