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Cero huelgas

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Luis Encarnación PimentelSanto Domingo

Se tiene claro que la huelga, aunque se llegue a ella como último recurso, es un derecho constitucional del ciudadano, profesional o simple. Sin embargo, muchos de los que hacen uso frecuente de ese recurso se olvidan de que para lograr el equilibrio y el indispensable ordenamiento social, los pueblos que se han dado una larga lista de derechos ciudadanos, como contraparte también, han establecido un pliego de deberes a ser cumplidos en la misma medida. En verdad, para hacer uso racional del recurso huelga y no extremar ni ocasionar daños considerables a los demás hay que tener un alto sentido de responsabilidad y de sensibilidad humana. Eso, definitivamente, es lo que a través de tiempo -y ahora más- ha estado ausente en las luchas y reclamos interminables del Colegio Médico Dominicano, generando en la población mayoritaria del país un efecto contrario a la causa que dicen defender los profesionales de la medicina. No se dan cuenta los médicos en huelga (incluyendo a los que con sus batas blancas aparecieron en las redes “tirando frías”) que cerrándose al diálogo y negándole el servicio a una mayoría desvalida que acude a los hospitales públicos, que, por lo menos esta vez, tienen perdida la guerra de la opinión pública. Negarle asistencia al enfermo que busca salud, incluso a riesgo de que pueda morir en una larga espera, es un acto criminal, inhumano. Ningún reclamo -aun con sustento, que no es el caso - es excusa valedera cuando la vida humana está por el medio. Los médicos -con sueldos mejorados y otras conquistas a mano- están en defecto, porque han roto el compromiso de no poner en peligro la salud del pueblo solo por razones electorales. Deben revisarse y no amenazar con seguir la huelga. ¿A dónde quieren llegar? ¿Acaso el CMD solo está o solo sirve para hacer huelgas? El doctor Clemente Terrero lanzó su candidatura a la presidencia del gremio basado en que los otros aspirantes se centran en “ofrecer más huelgas, olvidándose de las necesidades de los pacientes”, y con el objetivo de (sin paros irracionales) convertir al Colegio en el hogar de todos los profesionales de la salud, sin importar banderías ni colores. Si el doctor Terrero no quiere huelgas, irresponsabilidades ni “el caos” que dice representa Waldo Ariel Suero, ¿por qué no probar suerte?

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