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Opinión

PUNTO DE MIRA

Juan José Ayuso

Al morir un periodista la sociedad pierde ojos, voz y oídos. Con la partida del maestro Juan José Ayuso el país se viste con la oscura mortaja del mutismo. La parca se lleva a un grande de la comunicación contemporánea.

Ayuso o Juan José, como indistintamente lo llamábamos, prefirió siempre la vida discreta, el bajo perfil. Los poetas lo tildaban de periodista, para nosotros era El Poeta. Su talento y creatividad ponían negritas entre sus pares.

Fue de los periodistas que relevó a los formados en la Era de Trujillo. Una mente inquisitiva y lúcida tecleando cuartillas, consagraba los nuevos episodios de la historia dominicana. Cuando el aciago golpe de Estado tronchó la democracia, una oleada de rebeldía bañó de sangre el litoral nacional. Juan José Ayuso estaba en las filas de los jóvenes revolucionarios y fue jefe de prensa del gobierno constitucionalista que en 1965 intentó restaurar el gobierno de Juan Bosch.

Su vida como escritor, periodista, investigador y poeta se deslizó en virtual silencio. No era gregario sino más bien de afinidades limitadas, asentado en el lar familiar, Sus 56 años forjando opinión hicieron un profundo surco y creó alumnos entre los que me cuento.

En la sucinta biografía no se incluye su paso por el periódico El Sol, diario en el que nos encontramos. Este periódico fue espacio de asilo para periodistas marginados por el gobierno de Joaquín Balaguer. Se fundó en Santiago pero la presión económica provocó su traslado a la capital. Allí el destino nos juntó con Radhamés Gómez Pepín -quien también murió un 26 de octubre- y muchos talentos.

La educada sensibilidad de Ayuso impulsó mi creatividad fotográfica instándome en la búsqueda de lo abstracto y surrealista. Las páginas de El Sol fueron asiento frecuente de mis especulaciones gráficas, algo nunca visto en el diarismo. Eran imágenes de la cotidianidad vista de otra forma. Me ayudó a desbrozar la mazorca del idioma para subir las escaleras de la comunicación y me apoyó cuando en los reportajes mezclaba literatura, periodismo y ficción. Un intento llamado nuevo periodismo. Juan José Ayuso, ese sólido escritor de humildad sempiterna fue de gran ayuda para muchos y con orgullo lo tengo como mentor. Sus textos son estela que seguirán los del futuro sobre todo los rebeldes y cimarrones. Mi pésame a su esposa Delfina, sus hijos José Alejandro y Leticia Rosa. Y al periodismo.

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