Opinión

MI VERDAD

El gravísimo problema de las redes sociales

Te lees el título de la noticia y ya sabes el resto de la historia, la práctica favorita de muchos cibernautas en República Dominicana.

Tan fácil que es dar un click al link del portal del medio de comunicación que suministra la información, empezar a leerla de manera comprensiva y completa, analizar su contexto y al final, comentar tu parecer de lo que entendiste. Pero no, es más confortable despertarte en las mañanas, revisar tu celular, observar la primera palabra de la noticia y sin ni siquiera pensar; comentar improperios y malas palabras de manera impune sin saber NADA.

Definitivamente, opinar y sacar conclusiones de algún tema en general sin hacer una investigación se ha establecido lastimosamente como un deporte en las redes sociales. Peor aún, casi siempre resulta que los comentarios no tienen sustento y son inclinados hacia un odio y un resentimiento visceral.

El tema político, por ejemplo, siempre es el favorito. Si eres peledeísta te tildan de “ladrón”, “corrupto”, “bocina”, sin saber si esa persona se encuentra en peores condiciones económicas que el señalador. Si eres perremeista o de algún otro partido de la oposición, entonces para el oficialista cibernauta eres un “inepto”, “pepehachista”, “fracasado”, “resentido”, “envidioso”, entre otras cosas. Todas esas conjeturas solo por tu simpatizar con alguien o con algo...

A sinceridad, debemos analizarnos.

Esos comentarios de odio y de intolerancia no son más que señales. La mayoría de esas personas que destilan esos escritos dañinos detrás del ordenador, no son capaces de hacerlo en presencia de los demás. Lo que quiere decir que, las redes sociales, son sus escudos. Quizás la terapia perfecta para sentirse mejor contra algún complejo de inferioridad o algún resentimiento social que los acompaña y los provoca a decir la justificación “clichosa” de que “si no es por tal cosa, yo fuera esto”.

A esos mismos tú lo ves como de manera ingeniosa crean los memes con el rostro de alguna persona para mofarse de su figura. Comparten la imagen de alguien que supuestamente tiene sida sin verificar la veracidad o procedencia de la información, o publican alguna noticia de dudosa fuente de manera alegre.

Para rematar, gustan de colgar fotos en las redes sociales con hombres destripados, mujeres acuchilladas y niños muertos inescrupulosamente, fingiendo dolor o empatía por sus familiares. Repito, como sociedad debemos analizarnos.

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