Opinión

PUNTO DE MIRA

Quieren sepultar Odebrecht con Haití

Quiere medir mi rango de aversión entre Despacito, por su acoso musical y la campaña anti haitiana, por enchinchar hacia un error.

Me avergüenza la tontería de muchos que se empeñan en ver la paja en el ojo ajeno. Defendemos la soberanía ante la presencia de los haitianos, pero somos pro yanquis. Nos creemos en el gran país del mundo y ni quiera estamos en el horario mundial. Rechazamos cómo avanza el uso del creole de los haitianos, pero entre tanto crucificamos toda nuestra geografía con letreros en inglés de negocios tradicionalmente criollos, como si fuéramos sajones o habláramos ese idioma. Ya no es pulpería sino mini marquet. Nos quejamos de cómo los haitianos van invadiendo nuestros puestos de trabajo, pero sigue impasible la migración de dominicanos hacia otros países. Unos y otros son remesadores. Para nada nos quejamos del gran aporte en divisas de los nacionales que dejan de comer para equilibrar sin saberlo, el ingreso de monedas fuertes. No podemos ser patriotas y emplear haitianos ilegales. Los exiliados económicos de Haití no son culpables de deprimir el salario de los dominicanos, por el contrario, los responsables son los que se aprovechan de esas miserias humanas en su propio beneficio. Los hijos de dominicanos nacidos en Norteamérica tienen la doble nacionalidad. Los haitianos nacidos aquí son de allá, del otro lado de la frontera. Quiero rascar la piel de nuestra conciencia. Podría ser urticante con lo que digo, pero en realidad quiere que el escozor sea en el cerebro. No seamos tontos. Miremos la manipulación que se esconde detrás de esta campaña anti haitiana. Miren detrás de las apariencias. Es muy casual, por oportuna, la creciente indignación contra la migración ilegal. Que a mí nadie me venga con anti haitianismo ni patrioterismo. Estoy muy claro del negativo efecto de la migración haitiana. Vivo muy consciente del impacto estratégico que tendrá esa calamidad, pero no me enceguezco con la importancia de los temas y su momento. La política migratoria es una responsabilidad, principalmente, de nuestro gobierno. Odebrecht es el tema actual. Que no me desvíen la mirada con el señuelo haitiano. A cada tema su tiempo. Elevar el tono sobre la migración haitiana es perder voz sobre el crimen de esta empresa brasileña que sigue operando en el país y pretende continuar.

No perdamos de vista a Odebrecht que es nuestro tema. Evitemos la manipulación.

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