TECLAZOS

El modelo de periodismo Web

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Juan Eduardo ThomasEditor en Jefe

En comunicación es común el pánico con la aparición de nueva tecnología. El miedo surge por considerar que la nueva opción desplazará a la antigua, y esta, al final del día, terminará por desaparecer.

Los ejemplos de la televisión y la radio, de los periódicos en papel y la Internet son otros. Aunque estos últimos traen consigo un análisis merecedor de mayor espacio.

También sucede con frecuencia que la aparición de una nueva forma de comunicación implica copiar, o un traslado, de los modelos que ya han funcionado con anterioridad. Y esa fórmula no siempre es correcta. Quizá ayude a recorrer el nuevo camino, pero no es capaz de llevar a la meta.

Ayuda hasta que se conocen mejor las interioridades de la nueva plataforma.

En España, por ejemplo, y también en los países latinoamericanos, quienes comenzaron las labores frente a cámaras de televisión fueron profesionales de la radio, muy popular y arraigada en el gusto de la gente. El resultado era un muy buen locutor frente a una cámara que registraba y transmitía sonido, pero por demás era imagen.

Se necesitó tiempo para entender que el profesional de la televisión debía cumplir con ciertas condiciones, características esenciales que no estaba en obligación de cumplir el profesional del micrófono radial, por un tema sencillo: las funcionalidades especiales que trae cada medio, cada nueva plataforma.

Es lógico que en esa primera etapa del nuevo medio de comunicación se vinculen a profesionales de otro entorno que bien podrían especializarse en el nuevo quehacer o que, por el contrario deberán, ser sustituidos por personal adiestrado a la novedad.

Esto fue lo que sucedió en República Dominicana con la llegada de la televisión, y se repitió con la aparición de los portales Web informativos.

El error ha estado en creer que es el mismo tipo de trabajo, en el caso de las páginas de internet informativas, y que conlleva la misma preparación. Y no. Por años en el país se ha copiado el modelo de trabajo y hasta de negocio de los periódicos para llevarlo a la Web, y eso es un error. Y grave. El tema es que cuando apareció la Web se le asoció pues a lo más parecido, y bueno que fuera así. Pero eso no ha cambiado, y así debió ocurrir.

Me refiero a que, por ejemplo, el periódico solo cuenta con dos elementos de narración: discurso e imágenes. El periodismo en la Web soporta y, más importante aún, requiere casi por necesidad, de videos, de gallerías de fotos (no una ni dos fotografías), de infografías interactivas, de voz.

El error ha estado, y está, en que creímos que llevar el periódico a la Web era pegar texto en una plantilla e ilustrarla con una imagen, en ocasiones de archivo. Lo peor es que los medios de comunicación establecidos por años no han sido capaces, para provecho de los lectores, de entender que la Web requiere de otro modelo de actuación, de planificación y visualización. Que la portada del periódico impreso sale una vez por día, y en la Internet siempre está disponible.

El error continúa en querer exportar modelos periodísticos tradicionales, como el de la televisión al periodismo Web, con el tradicional clip de un minuto y tanto al que se le locuta y se le ponen unas imágenes en movimiento con declaraciones de algún entrevistado.

A lo que hago referencia en el párrafo anterior es a que, en un intento por mejorar el periodismo en la Web, algunos medios de comunicación en República Dominicana han optado por preparar un clip de video idéntico a las noticias para televisión.

Uno de los problemas es que, aun cuando tenemos la intención de mejorar las cosas, erramos en las fórmulas de “adecuación”. Bien podríamos resaltar estos intentos, porque a fin de cuentas la idea es acercar el portal periodístico a las bondades de la Web, porque a fin del día no vale querer cambiar si se falla en el camino. Y si no se entiende en qué se erró la cosa es peor.

Da el parecer de que tenemos un caso nuevo y único, del que no se tienen referentes y que, por lo tanto, intentamos a ciegas dar con la fórmula del buen periodismo en la Web.

Aun así, debo reconocer algo: es muy probable que esos esfuerzos de arrastre de modelos de producción se deban a la falta de apoyo económico, vital para accionar por el mejor de los caminos periodísticos.

Exportar modelos no es la solución porque, en esencia, la Web requiere de su propio modelo. De su propio diseño y de gestores especializados, formados en lo audiovisual y conscientes de que a cada segundo trae la oportunidad de una nueva edición.