Tiempo para el alma
“Vamos a volver al Señor”. Os. 6: 1.
Siempre recuerdo una canción de Iglesia que cantábamos en el colegio de monjas donde estudié. Trataba sobre un hombre que recordaba su niñez y cómo rezaba con fervor cada día, cada noche, pero a medida que fue creciendo, se olvidaba de las cosas de Dios, “Ö después fui creciendo y eché en el olvido mis oraciones Ö”; otra que me producía cierta tristeza siendo aún una niña, decía más o menos así: “Ö por caminos que se alejan me perdí ”. En ambas canciones estaba presente la referencia a la Virgen, sin lugar a dudas el mayor modelo de fe y servicio, ambas canciones son también una expresión de ese desapego que experimentamos en la vida de fe en la medida en que nos vamos abriendo al mundo. Dios, sin embargo, no toma en cuenta nuestros olvidos, nuestro rechazo, Él siempre nos espera, siempre. Nunca es tarde para volver a Él.