Opinión

ORLANDO DICE

Llegó del día D

ESCALA RITCHER.- Lo que sé (no lo que supongo, sospecho o presumo) me lleva a pensar que cuando se conozcan los nombres de los sobornados, sea vía expedientes a tribunales o colocación de los papeles de Brasil en página Web, República Dominicana deberá hablar con Chile o con Japón para que le faciliten sus magnitudes en la escala de Richter y se produzca un temblor de esos que no se olvidan. Que el subsuelo grite como una parturienta y la tierra se encoja de miedo.

Observé desde un principio que la filosofía Odebrecht era dar a todos o a ninguno, y en Brasil no hay político limpio y todos se beneficiaron de la Caja 2. Llamé la atención sobre el tiempo que cubrió la investigación y advertí que en ese lapso sucedieron varias elecciones, considerando que si le dieron a un candidato, también a los otros. Ahora que llega el día D podrían morir soldados de diferentes nacionalidades en las playas de Normandía…

PROFUNDIDAD Y ESPACIO.- Si el entramado se corresponde con las expectativas, la sociedad política dominicana será sacudida a profundidad y amplio espacio. Sería algo del otro mundo, pero solo para quienes olvidan situaciones no muy distantes en el tiempo. Por ejemplo, se persiguió a un expresidente y se le juzgó y condenó al igual que cercanos colaboradores. Nadie recuerda el PEME o el Renove, procesos que no llegaron hasta las últimas consecuencias, pero en los que se mojó o salpicó a altos cargos. Habrá que esperar, pero desde ya, manejar nociones antiguas. La persecución, la retaliación, el político preso, y todas esas derivaciones que hacen de la tangente la línea principal. A pesar de lo mucho que se murmura, y de las marchas locales o regionales, no puede hablarse de crispación política. Ahora, ¿sería igual si se procede contra tanta gente con alcurnia política propia o con nexos políticos importantes?

EL EFECTO TEMER.- Unas preguntas se llevan de paro a otras, y la inquietud principal debiera ser: ¿Cómo lo que se haga o pueda hacerse afectará a los partidos o al liderazgo mayor? La impresión es de que El Efecto Temer podría dejarse sentir en el país, y que gente que afiló cuchilla para otra garganta, ahora deberá cuidar la suya. Adelanté una consigna propia: lo que diga Brasil es lo que va. Sería la de llorar en los infiernos. Tanto afanar por un revólver cargado, y ahora, en manos de un niño, puede dispararse, y si no mata por la cabeza, al menos herir por los pies. Ahora es la Procuraduría que tiene prisa, y las jornadas de trabajo de sus empleados, de tanto cansancio, resultan extenuantes. Los posibles no se confían al destino, pero que se sepa, todavía ninguno se da a la fuga.

COLINDANCIA A LA VISTA.- Podría ser curiosa la situación, si el caiga quien caiga se llevara hasta las últimas consecuencias. Hasta el momento no se encuentra manera, ni se pudo discutir al más alto nivel de los partidos las leyes en curso, o la renovación de las altas cortes.

Cuando no fue por una cosa, fue por la otra. Sin embargo, ¿qué pasaría si el proceso Odebrecht toca todas las puertas e involucra a personeros de varios gobiernos y dirigentes y miembros de distintos partidos? ¿Dejarán los partidos que corran su suerte existiendo riesgos de implicación hasta de oficio? Una encuesta publicada la semana pasada ponía el dedo en la llaga. Los consultados no discriminaron ni se hicieron los suecos: creen que Odebrecht contribuyó con todos los candidatos, aunque los porcentajes varían.

Unos más altos, otros más bajos, pero hasta el que la patrocinó se echó la soga al cuello. La sospecha lo alcanzó a la vera del camino…

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