ORLANDO DICE
Un pasito para atrás
NO DEL PUEBLO.- Jean Alain Rodríguez no nació ni fue nombrado para constituirse en Procurador del Pueblo. Ni temperamento, ni carácter, ni vocación para un título tan ostentoso. Se procura más modesto, hombre de gabinete, deja que la circunstancia haga el trabajo. Como las lavanderas de otros tiempos cuelga la ropa en el patio sabiendo que o las seca el sol o las seca el viento. Cuando se creía que iba para la calle a vocear nombres y apellidos y condición de los sobornados de Odebrecht, se solicita a sí mismo “un pasito para atrás, por favor”, como en una publicidad ya olvidada. Atrapado en el debido proceso, no entiende de oportunidad, ni de política, y menos de farándula. Los periódicos publican una cosa y después otra, solo que la falta no es suya, sino de los medios que comparten su coreografía traviesa. Era el 19, incluso antes, pero ahora, como si se trata de una jugada perfecta, dice que en “los próximos días”. No da fecha exacta, por lo que nadie debe molestarse si “los próximos días” se convierten en semanas…
ESPERAR O MARCHAR.- ¿Qué hacer, pues? Sencillo: Esperar, pues suya la sartén, pero también el aceite, la hornilla y lo que deba freírse. A menos que pueda hacerse lo que nunca se hizo: solicitar directamente copia de los documentos a las autoridades brasileñas y a la constructora. Solo que más que imposible, ya que no hay derecho que ampare. Ni tratado de intercambio de gobierno a gobierno, ni acuerdo de colaboración empresa-gobierno. No es fatalismo, sino institucionalidad. Aunque queda la pregunta: ¿Qué puede hacer el Procurador con esos papeles que no sea darlos a conocer o instruir expedientes de acusación contra los nombrados? La calma del funcionario subleva, pero igual sublevará si por andar de rápido se le va la lisa después de atraparla. Como dice el refrán: Todo diablo es candela…
EL GOBIERNO IGUAL.- La urgencia parece cosa de la calle, pero no en términos políticos. El gobierno necesita quitarse de la espalda ese pez, a menos que se crea etiqueta de Emulsión de Scott. La lentitud del Procurador Jean Alain Rodríguez, o de las autoridades brasileñas o de la constructora Odebrecht, o de todo el proceso, afecta a una administración a la que en la calle le tienen el agua puesta o que da la impresión de que anda con la soga a rastras. La marcha verde no sería igual con informe que sin informe. La movilización se haría como quiera, pues cada cual tiene su designio, pero el cometido podría no llenar las expectativas. Como dice el cliché al uso. No es lo mismo lanzar consignas que se corresponden con la realidad, a que la verdad del gobierno sea más fluida…
GOBIERNO-PROCURADOR.- Esa es la parte del iceberg que no se conoce, que se mantiene bajo agua, aun cuando sea importante: ¿Condiciona el gobierno al Procurador o el Procurador al gobierno? ¿Qué alto cargo del Palacio Nacional le baja línea al Ministerio Público, pues hasta ahora no se tienen elementos de juicio en ese sentido? No se tiene información de que se viera a Jean Alain Rodríguez por los pasillos de la Casa de Gobierno o entrando a uno que otro despacho de poder. El del presidente Danilo Medina, por ejemplo. O el del ministro de la Presidencia Gustavo Montalvo. E incluso del consultor jurídico Flavio Darío Espinal. Nadie se chupa el dedo, pero hay que admitir que en ese aspecto el gobierno se pasa de discreto. Con Diandino Peña se vio que no hay problema en destituir, de que por lo menos no importa quién caiga. Si hasta ahora no hay cancelaciones relacionadas con Odebrecht, es porque el Procurador tampoco ha dado esa lista…