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ORLANDO DICE

Derrumbe o el fin del mundo

5 DÍAS DE EMOCION.- ¡Qué semana, Dios! Preparativos de derrumbe o de fin de mundo. Consejo Nacional de la Magistratura, Procuraduría y nombres de los sobornados, resaca de la destitución de Diandino Peña, reacción al lanzamiento de la candidatura de Hipólito Mejía, continuación del estudio de las leyes de Partidos y Electoral, y de último o en el medio la operación policial para impedir un campamento en la zona de la Feria y todas sus consecuencias. Todavía hoy es miércoles, y si es con ese ánimo, se hará difícil llegar al viernes, que se adelantó desde la semana pasada; será Día de Juicio. Si se va por parte, lo del CNM pinta glorioso. Entendimiento, respeto, consenso. Si se abre una etapa nueva, con reglamento incluido, no veo razón para que se alteren las cosas. Se dijo, y es importante, que se escogerían primero los jueces de la Suprema Corte de Justicia, y que de cuatro, tres serían de carrera y uno fuera de carrera. Los de carrera, por ser de carrera, deberán ser inobjetables. El de fuera, por ser de fuera, habría que someterlo a un escrutinio más profundo.

DE ARRIBA ABAJO.- Leonel Fernández tiene que revisarse o pedir a sus seguidores que se revisen, pues reaccionan de una manera que hacen más mal que bien al grupo, al proyecto, a la tendencia. Lo de Diandino Peña, por ejemplo. Lo toman como agravio, y por lo que dicen, se entiende que el director de la Opret era intocable. El gobierno de Danilo Medina tenía que cargar con esa cruz y ser solidario con el funcionario, y no tanto por él mismo, sino por su cercanía a Fernández. Lo que igual se dijo cuando Félix Bautista o Víctor Díaz o con los aviones Tucano. En esto de la lucha contra la corrupción y la impunidad importan más los dos o tres afectados de dentro que los miles que protestan afuera. ¿Cuál es el mensaje que queda? Que no se puede remenear el altar, y mucho menos si solo van a caer santos ajenos.

CRÍTICA, CENSURA.- Al gobierno de Danilo Medina le critican que solo destituyera a Diandino Peña y no lo sometiera a la justicia. Y también que procediera después del Informe de Alicia Ortega. Es decir, que el régimen está en falta por no haber actuado antes o llevado ahora la revelación hasta las últimas consecuencias. Si es así, hay que suponer lo que se diría si no hubiera cancelado al director de la Opret. Ahora bien, ¿sabía Leonel Fernández que Diandino Peña tenía tantas empresas fuera del país, las llamadas off shore? Hasta ahora nadie se ocupa de ese punto, y ese punto debiera ser relevante. Oh, y en el hipotético caso que Peña hubiera burlado la confianza de Fernández ¿habría que seguir tratándolo como un ángel de luz? Mala estrategia, craso error. Los seguidores de Fernández debieran juzgar a Peña por sus hechos y dejar a su líder fuera de la subasta.

DIFÍCIL EQUILIBRIO.- Los mismos peledeístas que se quejan de las relaciones partido-gobierno y dicen luchar para que estas mejoren, pierden de vista el hecho principal. En el PLD no se mueve nada si antes no se determina si favorece o perjudica a Leonel Fernández o a Danilo Medina. Solo basta recapitular, o sencillamente revisar, y la situación aflora o se establece sola. Ninguno de los bandos piensa lo difícil que es mantenerse sobre una cuerda, haciendo equilibrio, con vientos fuertes de ambos lados. Inevitablemente debe caer. Ahora, por ejemplo. El gobierno está asediado o acosado por fuerzas sociales que están convencidas de que ahora o nunca. ¿Cómo querer que conceda al partido, o a Leonel Fernández y los suyos, y no a la calle?

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