Opinión

Tiempo para el alma

“Venid conmigo y os haré pescadores de hombres”. Mc. 1: 17.

Antes de dejar todo y seguir a Jesús, los doce apóstoles eran gente común dentro de sus respectivos espacios: Santiago “el mayor”, fue llamado por Jesús mientras pescaba; él vio a Jesús resucitar a la hija de Jairo, milagro que también presenció su hermano Juan, el discípulo amado, un joven pescador a quien Jesús encomendó el cuidado de su madre; Felipe, un hombre ordinario que, entre otros, tuvo el privilegio de recoger panes y peces para el gran milagro de la multiplicación; Mateo, recaudador de impuestos que se hizo santo, a él se atribuye uno de los Evangelios; Simón Pedro, el sucesor de Jesús, era un pescador, y Simón el Cananeo, miembro de un grupo político revolucionario y radical. Cada uno de ellos y los demás fueron llamados por Jesús: “Ven conmigo”.

Mis queridos lectores, no importa quiénes seamos, en qué lado de la acera estemos, cuál sea nuestra formación, Jesús nos llama también hoy.

Quizás no lo dejemos todo pero al menos un “sí, lo intentaré” y un corazón agradecido, pueden dar un nuevo curso a nuestras vidas.

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